Cuando comencé mi carrera en la banca privada tradicional, el private equity (PE) era un mundo algo distante del ecosistema de las etapas tempranas. Las firmas de PE se enfocaban de manera precisa en empresas maduras con flujos de caja estables, márgenes predecibles y equipos directivos consolidados. Mi trabajo entonces giraba en torno a conectar a los clientes con oportunidades sólidas y ajustadas al riesgo, en lugar de perseguir la innovación.
Sin embargo, con los años, a través de roles que me acercaron al venture capital (VC), al growth equity y, ahora, liderando el área de Relación con Inversores en Zubi Group -un family office que no solo invierte y crea empresas desde cero dentro del ecosistema de venture capital, sino que también se vincula con el mundo del private equity a través de sus negocios tradicionales y a medida que las compañías de su portfolio maduran- he sido testigo de un cambio profundo. El private equity ya no se mantiene al margen de la economía de la innovación; está participando activamente en ella.
La convergencia entre Private Equity y Venture Capital
Lo que observamos hoy es una convergencia inconfundible entre el PE y el VC. A medida que el software continúa “comiéndose el mundo”, muchas firmas de private equity están moviéndose hacia etapas más tempranas, dirigiéndose a negocios basados en tecnología y modelos SaaS que antes eran dominio exclusivo de los inversores de venture capital. Estas firmas han comprendido que los ingresos recurrentes, los modelos escalables y la alta retención de clientes, rasgos característicos de las startups de software exitosas, generan también la visibilidad operativa y la previsibilidad de flujos de caja que los inversores de PE buscan.
Esto ha creado una nueva dinámica: las startups cuentan ahora con una vía adicional hacia la liquidez. El private equity se ha convertido en un comprador cada vez más relevante en rondas de crecimiento avanzadas o en transacciones secundarias, ofreciendo a los primeros inversores, fondos de venture capital, business angels incluso fundadores, una vía de salida viable más allá del tradicional esquema de IPO o fusiones y adquisiciones estratégicas.
Por qué el Private Equity está mirando al software
De mis conversaciones con inversores de distintos perfiles, destacan varias tendencias. En primer lugar, el entorno macroeconómico ha cambiado. A medida que los mercados públicos fluctúan y las ventanas de salida a bolsa permanecen inciertas, los fondos de PE que cuentan con niveles récord de capital no desplegado, buscan crecimiento y resiliencia. El software ofrece ambas cosas. La naturaleza recurrente de los ingresos SaaS aporta previsibilidad, mientras que la transformación digital en múltiples industrias sigue impulsando el crecimiento orgánico.
En segundo lugar, la madurez de muchas startups respaldadas por venture capital ha generado un terreno fértil para la entrada del PE. Estas empresas suelen contar con productos sólidos, estrategias comerciales comprobadas y rutas claras hacia la rentabilidad, pero requieren capital y disciplina operativa para escalar de forma sostenible. Y precisamente ahí es donde el private equity sobresale.
Por último, las competencias tradicionales del PE, la creación de valor mediante gobernanza, o eficiencia y adquisiciones estratégicas, son cada vez más aplicables a los negocios tecnológicos. Las firmas están incorporando ejecutivos con experiencia en tecnología, construyendo equipos internos de datos y digitalización, y adaptando sus metodologías a la economía del software.
Qué pueden hacer las startups para atraer el interés del Private Equity
Para los fundadores o equipos directivos que buscan captar la atención de un fondo de private equity, el mensaje es claro: deben pensar como una empresa escalada antes de serlo. Las firmas de PE no buscan “potencial” en el sentido del venture capital; buscan solidez operativa, información financiera disciplinada, ingresos recurrentes y palancas claras de mejora de márgenes.
Algunas señales prácticas que suelen atraer la atención del PE incluyen:
1.- Flujos de ingresos predecibles (idealmente mediante contratos o suscripciones a largo plazo).
2.- Unit economics que demuestren escalabilidad.
3.- Estructuras de gobernanza sólidas, disciplina del consejo, estados financieros auditados y KPIs transparentes.
4.- Una ruta clara hacia la rentabilidad, incluso si aún no se ha alcanzado.
En resumen, el private equity busca empresas que estén listas para que su caja de herramientas aporte valor.
Una perspectiva más amplia: Desde la lente de relaciones con inversores
Desde mi posición como IR, esta evolución no trata solo de nuevos tipos de transacciones, sino de nuevas conversaciones. Los Limited Partners (LPs) desean cada vez más exposición a la innovación, pero bajo el rigor de gobernanza de los mercados privados. Preguntan cómo los family offices y los inversores multi-activos, como nosotros, estamos cerrando esa brecha, y en muchos casos, lo hacemos integrando estrategias de venture capital y private equity bajo un mismo techo.
En Zubi Group, hemos comprobado cómo este enfoque dual nos permite respaldar empresas desde etapas tempranas, mantenernos cerca de su evolución y participar potencialmente en rondas posteriores a medida que maduran. Esto genera continuidad: un recorrido de inversión basado en relaciones, más que en transacciones aisladas.
Mirando al futuro
A medida que el private equity continúa orientándose hacia empresas de software y tecnología, las fronteras entre el venture capital y el private equity seguirán difuminándose. Para las startups, esto es una buena noticia: significa contar con socios más sofisticados y con mayor capacidad de capital, dispuestos a ayudarlas a escalar de manera responsable. Y para los primeros inversores, se abre una nueva y valiosa puerta hacia la liquidez.
El mundo en el que comencé mi carrera profesional, donde el venture capital y el private equity vivían en mundos distintos, ya no existe. El futuro pertenece a quienes sepan navegar en ambos mercados, y es precisamente ahí donde creo que se encuentran las oportunidades más interesantes.




