A medida que nos acercamos a 2026, los inversores se enfrentan a una mezcla volátil de tensiones comerciales y cambios en los aranceles. Los expertos de Morningstar señalan, en su informe de perspectivas para el próximo año, que la receta más acertada para navegar en este entorno es “evitar una reacción exagerada”.
Tras lo vivido en 2025, estos expertos tienen claro que, como nadie puede predecir lo que traerá 2026, los inversores deberán estar preparados para una amplia variedad de resultados. “Los mercados son impredecibles, y 2026 pondrá a prueba la disciplina de los inversores de formas tanto familiares como nuevas. Aunque es tentador centrarse únicamente en los factores de inversión cuando se preparan para la volatilidad, es igual de importante considerar los aspectos conductuales de cómo los inversores toman decisiones y procesan la información durante los periodos turbulentos”, señala en su informe.
Desde su punto de vista, al tener en cuenta tanto las implicaciones conductuales como las de inversión, los inversores estarán mejor posicionados para mantenerse disciplinados y conservar una perspectiva a largo plazo, incluso cuando se enfrenten a acontecimientos imprevistos. “Los eventos relacionados con la volatilidad a menudo nos predisponen a caer en trampas conductuales, ya que la tendencia a recurrir a atajos mentales (heurísticas) aumenta en momentos de estrés, lo que conduce, a su vez, a errores costosos para el inversor”, argumentan.
Permanecer invertido
Para muestra este gráfico que muestra cómo aquellos inversores que se retiraron del mercado tras los anuncios de aranceles a principios de este año perdieron importantes ganancias posteriormente; y quienes permanecieron invertidos, a pesar de la volatilidad a corto plazo, obtuvieron casi 20.000 dólares más que quienes salieron del mercado y optaron por invertir en efectivo.

En este sentido, destacan que, en medio de la incertidumbre arancelaria, el apoyo más común que los clientes demandaban a sus asesores era educación sobre el mercado—algo que muchos asesores proporcionaron. Según lo visto, “esa educación resultó útil, ya que los asesores afirmaron que los clientes se sentían más cómodos afrontando la volatilidad cuando se les proporcionaba contexto histórico y datos a largo plazo”.
E insisten en que, durante estos periodos, los asesores desempeñan un papel clave para ayudar a los clientes a evitar errores conductuales, en parte guiando su atención hacia lo que realmente importa. “La educación sobre el mercado va más allá de ofrecer más información sobre la volatilidad actual. Infunde los conocimientos que los inversores necesitan para dar sentido a los acontecimientos y brinda a los asesores la oportunidad de desviar la atención de los titulares a corto plazo hacia los principios de inversión a largo plazo, haciendo hincapié en los ciclos completos del mercado y en el valor de permanecer invertido con el paso del tiempo”, matiza la firma en su informe.
“Los inversores entrarán en 2026 preguntándose cómo tomar buenas decisiones de inversión en medio de la incertidumbre continua, desde el comercio hasta la Fed. Nuestra investigación indica que los inversores pueden ser menos propensos a reaccionar de forma exagerada ante la incertidumbre del mercado si cuentan con formación que conecte los titulares con principios fundamentales y un contexto más amplio. Esto incluye aprender de nuestro equipo de inversión estrategias probadas para mercados inciertos, como no vender por titulares alarmistas, reequilibrar durante shocks del mercado y encontrar oportunidades de compra cuando los activos están con descuento”, afirma Danielle Labotka, Behavioral Scientist at Morningstar.
Del ruido a las señales
De cara a un 2026 que nos tendrá pendiente de la política comercial internacional, la Fed, la inflación, la geopolítica y otras áreas que aún desconocemos, los expertos de Morningstar recuerdan que invertir requiere lidiar con la incertidumbre estructural, es decir, con resultados que son imposibles de conocer de antemano. “Creemos que los inversores están mejor preparados si se adhieren a principios de inversión probados a lo largo del tiempo cuando navegan estos episodios”, añaden.
Desde el equipo de inversión de Morningstar sugieren enfrentar el contexto bajo un triple enfoque:
- Evitar sobrerreaccionar a los titulares. Aconseja no vender activos durante las caídas del mercado. “Los periodos de incertidumbre elevada suelen dar lugar a fuertes repuntes de recuperación: perderse estos puede afectar significativamente los resultados de inversión a largo plazo. Por ejemplo, perderse los 10 mejores días del mercado en los últimos 25 años habría reducido a más de la mitad la rentabilidad del periodo de tenencia”, explican.
- Reequilibrar y mantener el compromiso con su estrategia. Según su experiencia, durante los sobresaltos provocados por titulares, reequilibramos las carteras hasta sus asignaciones objetivo. Mientras que el reequilibrio -vender los ganadores y comprar los perdedores- es contracíclico y, históricamente, ha añadido valor durante periodos de volatilidad.
- Buscar oportunidades donde los mercados hayan sobrecorregido en relación con los fundamentales. Está claro que una incertidumbre elevada puede llevar a los inversores a descontar ciertos activos más de lo que justifican sus fundamentales. Frente a ello, “nuestros equipos analizan rigurosamente el impacto en los fundamentales corporativos y económicos y se toman el tiempo para construir convicción antes de actuar”, afirman.
La principal reflexión de Morningstar es que el mejor enfoque es reconocer los sesgos, prepararse para un amplio abanico de posibles escenarios económicos en 2026 y fundamentar las decisiones de inversión en un marco disciplinado y probado, ya que “los seres humanos estamos naturalmente predispuestos a actuar en el momento equivocado”.



