Durante más de una década, las criptomonedas fueron vistas como una curiosidad tecnológica o una burbuja especulativa. Hoy, esa visión ha quedado atrás. Los datos académicos y empíricos demuestran que estamos ante el nacimiento de una nueva clase de activo, con fundamentos sólidos, baja correlación con los mercados tradicionales y un efecto probado de mejora en la diversificación y el perfil riesgo–retorno de las carteras.
Desde el verano de 2020, cuando fuimos de los primeros gestores en el mundo en incorporar en cartera un ETP de Bitcoin en nuestro fondo conservador, el mundo ha cambiado de forma radical. En aquel momento estábamos con cierto respeto, pensando que Bitcoin, como dinero digital, podía competir con los intermediarios financieros y ser prohibido por los estados. Hoy todos esos miedos se han esfumado, el genio está fuera de la lámpara. Larry Fink el CEO de BlackRock ya habla de que Bitcoin es el oro digital y Jamie Dimon ha pasado de amenazar con despedir a cualquier trader que invirtiera en Bitcoin, a dar un precio objetivo para 2026 de 170.000$ por bitcoin.
¿Por qué los grandes inversores están incluyendo criptomonedas en cartera?
Desde el punto de vista cuantitativo, la razón principal es que los activos digitales tienen los atributos soñados para el constructor de carteras. Bitcoin y Ethereum han arrojado una rentabilidad anualizada superior al 100% en los últimos 10 años y con una correlación prácticamente nula con los activos tradicionales.
Diversos estudios académicos (Lamothe, 2024; Kajtazi y Moro, 2019; Bakry,2021), demuestran que la inclusión de Bitcoin en carteras tradicionales desplaza la frontera eficiente hacia arriba y a la izquierda, es decir, mejora simultáneamente la rentabilidad esperada y reduce el riesgo total. Incluso las carteras de mínima varianza tienden a mantener una ligera exposición a Bitcoin, lo que muestra que, su contribución marginal al rendimiento supera el riesgo adicional asumido.
Como más vale una imagen que mil palabras, en el siguiente gráfico se puede ver el efecto de incluir un 1% en criptomonedas en una cartera conservadora. Tan sólo con un 1% en Criptomonedas la rentabilidad anualizada de la cartera pasa de un 2,85% a un 5%, mientras que el riesgo de la cartera apenas varía.

Desde el punto de vista cualitativo, Bitcoin se ha consolidado como un activo macro de reserva de valor, con una oferta estrictamente limitada (21 millones de unidades) y una adopción creciente entre institucionales y corporaciones. Su función se asemeja al oro, pero con unas ventajas clave: escasez programada, mayor portabilidad, divisibilidad y verificabilidad.
Ethereum, por su parte, representa el lado tecnológico y funcional del ecosistema. Es la infraestructura sobre la que se está construyendo la nueva economía digital, desde stablecoins hasta tokenización de activos o pagos programables.
- Las stablecoins son criptomonedas diseñadas para mantener un valor estable, normalmente vinculado al dólar. Combinan la estabilidad del dinero tradicional con la eficiencia delblockchain, lo que las ha convertido en una herramienta esencial en países emergentes, donde la inflación y las restricciones de divisas impulsan su adopción. También se usan cada vez más en remesas, al permitir transferencias instantáneas y baratas, ya con volúmenes anuales que superan los de Visa o Mastercard.
- El mercado de activos del mundo real tokenizados (RWA) supera ya los 40 000 millones de dólares, impulsado por la tokenización de crédito privado y deuda pública estadounidense. Esta integración entre finanzas tradicionales y blockchain permite negociar activos antes ilíquidos con liquidez 24/7 y menor coste. Incluso acciones tokenizadas ya cotizan en plataformas como Kraken, anticipando un mercado financiero digital global.
Invertir de forma profesional y diversificada
Las criptomonedas son, sin duda, el activo más arriesgado del planeta: hay millones de criptomonedas y muy pocos proyectos acabarán sobreviviendo con el paso del tiempo. Por ello, nuestra recomendación es invertir siempre a través de gestores profesionales, capaces de analizar los fundamentos, controlar el riesgo y mantener una exposición diversificada y líquida. Nuestra primera recomendación, naturalmente, es Criptomonedas FIL, el primer fondo de criptomonedas en Europa con liquidez diaria, lanzado en octubre de 2023 y que ya supera los 20 millones de euros bajo gestión. Un fondo que sólo es apto para inversor profesional.
Para clientes minoristas, en nuestra opinión, que conozcan los riesgos de este activo y estén decidido a invertir en cripto activos, es más prudente hacerlo mediante la suscripción de ETPs que directamente a través de monederos. Están diversificados y regulados, con pesos elevados en los protocolos consolidados como Bitcoin y Ethereum, que concentran la mayor parte del valor y la adopción del ecosistema. Estos instrumentos ofrecen custodia institucional segura, supervisión regulatoria y liquidez en mercados tradicionales, lo que permite exponerse al mercado cripto con los estándares de seguridad y control propios de la inversión tradicional.
Una clase de activo en fase de institucionalización
A pesar de su madurez tecnológica, la exposición real a criptoactivos en carteras institucionales sigue siendo marginal, inferior al 1 % del total gestionado. Sin embargo, esta tendencia está cambiando rápidamente. Gestoras como BlackRock, Fidelity o ARK Invest ya incorporan posiciones estratégicas en sus carteras perfiladas, entre el 1 % y el 3 %, según el perfil de riesgo. Y no lo hacen por especulación, sino por un principio cuantitativo básico: añadir un activo descorrelacionado que mejora al mismo tiempo la rentabilidad-riesgo de la cartera.
El proceso de institucionalización del mercado cripto ya está en marcha, y este año la demanda de Bitcoin por parte de inversores institucionales supera en más de siete veces la oferta disponible. Algunos de los principales bancos de inversión proyectan precios objetivo por encima del millón de euros por Bitcoin en horizontes de largo plazo, reflejo del desequilibrio estructural entre una oferta limitada y una adopción creciente. Actualmente, las criptomonedas representan solo el 1,7 % de los activos líquidos globales, un peso aún testimonial frente a su creciente relevancia económica.
Las criptomonedas no son una moda ni un experimento: son una nueva clase de activo que ha venido para quedarse. Los gestores de patrimonio que las ignoren corren el riesgo de quedarse al margen del activo de la próxima década.
Tribuna de opinión firmada por Rubén Ayuso, gestor de Criptomonedal Fil de A&G Global Investors.
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