A las puertas de 2026, los inversores institucionales encaran un escenario dominado por la presión geopolítica y la expectativa de una corrección en los mercados, pese a la resiliencia mostrada en 2025. La última edición de la encuesta Global 2026 Institutional Outlook* de Natixis Investment Managers (Natixis IM) revela que el 74% de las instituciones considera inminente un retroceso bursátil, tras tres años consecutivos de rendimientos de doble dígito.
Para los encuestados, la geopolítica ha estado en el centro de las preocupaciones en los últimos cinco años, y ahora el riesgo geopolítico encabeza la lista de inquietudes económicas, señalado en primer lugar por el 49% del total de los participantes. Ante una política arancelaria impredecible, la erosión de las normas de seguridad global y la influencia de China, el 73% de los encuestados a nivel global cree que la disfunción política es una amenaza creciente para la estabilidad del mercado.
La preocupación macroeconómica no es menor. Dos tercios de los encuestados (66%) temen que el crecimiento débil sea la antesala de una recesión. Otro aspecto relevante es que para 2026, los inversores consideran que el consumo no actuará como motor, situando al consumo discrecional (18%) y al consumo básico (22%) como los sectores con menor potencial.
“Los participantes del mercado afrontan numerosos obstáculos en el próximo año y se anticipa un aumento de la volatilidad en prácticamente todos los activos. En un ciclo como este, donde la dispersión aumenta, la gestión activa y la diversificación vuelven a ser fundamentales y constituyen la clave para generar valor para las carteras. En estas circunstancias, la reacción de los inversores pasa por enfocarse en la adaptabilidad y la gestión del riesgo”, señala Javier García de Vinuesa, Country Head de Natixis IM para España.
Incertidumbre y oportunidades
Según destaca la encuesta, no se espera un camino fácil para ningún mercado: el resultado global de la encuesta refleja que los inversores prevén un aumento de la volatilidad en renta variable (59%), renta fija (38%) y divisas (46%). Sin embargo, dentro de esta incertidumbre identifican áreas de fortaleza relativa y nuevas oportunidades, guiadas por las tendencias actuales y las dinámicas regionales.
En cuanto a mercados, el sentimiento de los institucionales muestra un menor interés por Estados Unidos, con un 75% que planea reducir (32%) o mantener (44%) su asignación a renta variable estadounidense. En su lugar, el 89% aumentará (44%) o mantendrá (46%) la asignación a renta variable de Asia-Pacífico, y el 85% aumentará (40%) o mantendrá (44%) la exposición a renta variable europea.
Por otro lado, también se observan oportunidades derivadas de las tensiones geopolíticas, con el 77% de las instituciones en Europa y el 81% en Norteamérica siendo optimistas respecto al sector defensa. En general, el 65% considera que el aumento del gasto militar impulsará el crecimiento en los mercados desarrollados y generará nuevas oportunidades en los mercados privados. Asimismo, los emergentes también se reevalúan: la mitad de los inversores cree ahora que India superará a China como principal destino de inversión en este segmento del mercado.
El documento concluye que al buscar nuevas vías de diversificación, muchos institucionales están reconsiderando su postura sobre las criptomonedas: el 33% ya invierte en cripto, frente al 18% en 2024. Además, el 94% de quienes ya están invertidos planea mantener (58%) o aumentar (36%) su asignación. Hace solo un año, el 65% opinaba que las criptomonedas no eran una opción legítima para instituciones; hoy, casi la mitad (49%) afirma que sí lo son.
Inversiones sostenibles
El informe también pone de manifiesto que, entre acusaciones de greenwashing, escepticismo y reacciones políticas, la inversión sostenible ha enfrentado numerosos desafíos. No obstante, al buscar mejorar la rentabilidad ajustada al riesgo, el 58% de los inversores institucionales españoles afirma que hay alfa por capturar en las inversiones ESG.
Ahora bien, en la mayoría de los casos, la integración sigue siendo la estrategia preferida, incorporando la sostenibilidad en el proceso de inversión junto al análisis fundamental. Así, a pesar de la convicción sobre la capacidad de la sostenibilidad para general alfa, el 51% de los inversores institucionales encuestados indica que el ESG sigue siendo importante. “La inversión sostenible continúa vigente, pero adopta nuevas formas”, determina el informe.
Visión positiva sobre la IA
Por último, el informe indica que, pese a la cautela, las instituciones mantienen una visión positiva sobre la IA. “Aunque la tecnología y la IA han impulsado los mercados a nuevos máximos, el ánimo entre las instituciones globales es cada vez más cauteloso”, apuntan. Se observa que un 46% de los encuestados teme una burbuja de IA y el 35% a nivel global prevé que estallará en 2026. Además, el 69% cree que los avances significativos en IA aumentarán el riesgo de concentración en las Bolsas, y el 64% teme que una desaceleración de la inversión en Capex pueda frenar el crecimiento de los mercados.
En términos globales, los inversores siguen siendo mayoritariamente optimistas sobre las perspectivas de la IA: el 65% espera que el sector vuelva a impulsar el crecimiento. En línea con los mercados públicos, la tecnología también es un eje central en los planes de inversión privada, con un 52% enfocado en oportunidades relacionadas con la IA.
Además, la IA ya se integra en sus prácticas internas: el 68% de los encuestados afirma que está ayudando a detectar oportunidades de inversión antes invisibles, y el 49% dice que les permite identificar riesgos en cartera. En el lado menos favorable, el 41% considera que la IA es solo una herramienta útil, y el 64% teme que la sustitución de roles junior por IA esté afectando negativamente al desarrollo del talento a largo plazo.
*El estudio recoge las respuestas de 515 inversores institucionales, responsables de la gestión conjunta de 29,9 billones de dólares en activos pertenecientes a fondos de pensiones, aseguradoras, fundaciones, endowments, bancos centrales y fondos soberanos.



