La industria minera a nivel global atraviesa una etapa de redefinición estratégica. Según el informe PwC Mine 2025, se encamina hacia un nuevo ciclo de inversión impulsado por la demanda de minerales críticos, la digitalización de operaciones y la búsqueda de mayor resiliencia ante la volatilidad económica.
El informe, que analiza la evolución de las 40 principales compañías mineras del mundo, destaca un proceso de consolidación en curso: menos transacciones, pero más enfocadas en activos estratégicos. Los metales vinculados a la transición energética —como el cobre, el litio y el níquel— lideran el interés de los inversores, al tiempo que las empresas fortalecen su estructura de capital y priorizan proyectos con retorno sostenible.
“La minería está ingresando en una etapa de madurez donde el desafío no es solo producir más, sino hacerlo de manera inteligente, rentable y socialmente aceptada. El foco está en combinar eficiencia financiera con credibilidad institucional: la licencia social para operar hoy es un activo de gestión tan relevante como cualquier otro”, explicó Leonardo Viglione, socio de PwC Argentina.
“El futuro de la minería en la región se definirá por la capacidad de construir ecosistemas colaborativos. Las empresas que logren integrar tecnología, talento y sostenibilidad serán las que consoliden el crecimiento en la próxima década”, agregó Viglione.
Por otra parte, según el reporte PwC Industrial Products Insights Q3 2025, los avances en inteligencia artificial responsable y la reconfiguración de las cadenas de suministro están transformando la estrategia industrial, incluida la minería.
El estudio también revela que los aranceles y la fragmentación comercial global actúan como impulsores de resiliencia, acelerando la digitalización logística y la relocalización de procesos críticos. “Este escenario denota que la energía está dejando de ser un recurso pasivo para convertirse en un activo estratégico, gestionado por algoritmos que optimizan su uso, reducen desperdicios y mejoran la sostenibilidad operativa. Es así como la IA, junto con el análisis de datos y la automatización, están impulsando una transición hacia modelos energéticos más resilientes, descentralizados y eficientes”, comentó Juan Manuel Gallego Tinto, socio de PwC Argentina, líder de Energy, Utilities & Mining.
En este sentido, el informe detalla que la inteligencia artificial (IA) se está consolidando como un factor transformador y relevante para la minería global: el 87% de las empresas del sector afirma que la IA generará un impacto positivo directo en la eficiencia operativa en los próximos tres años. En particular, las compañías mineras líderes ya están aplicando modelos predictivos de mantenimiento, sistemas de visión por computadora para control de calidad en línea y algoritmos de optimización de flotas y perforaciones, reduciendo tiempos de inactividad y emisiones.
El uso de IA generativa y aprendizaje automático también está cambiando la planificación geológica: los sistemas avanzados integran imágenes satelitales, datos sísmicos y variables climáticas para identificar y modelar depósitos minerales con mayor precisión y menor riesgo exploratorio. A nivel de seguridad, los sensores inteligentes y las redes neuronales permiten monitorear condiciones críticas en tiempo real, anticipar fallas y proteger al personal en entornos de alto riesgo.



