El sólido rendimiento del mercado bursátil estadounidense en los últimos años se debe, en gran medida, al auge de temáticas poderosas, como la computación en la nube o la inteligencia artificial. Así lo creen en First Trust, que explica que el resultado de esta situación es que los ganadores de la última década constituyen una gran parte de los índices de referencia del mercado en general.
Pero los expertos de First Trust admiten que, ahora, los inversores con visión de largo plazo empiezan a hacerse una pregunta clave: ¿qué temas y acciones impulsarán el crecimiento durante la próxima década, pero actualmente tienen una exposición mínima en los índices generales? “El tiempo lo dirá, pero creemos que los ETFs temáticos son herramientas útiles para los inversores que buscan exponerse a algunos de los líderes del mercado del mañana”, recoge un análisis de la firma.
En su opinión, el comportamiento humano a menudo “sabotea” el potencial de la inversión temática. Entre los errores más comunes, a juicio de la firma, se encuentran intentar predecir el comportamiento del mercado, malinterpretar el papel de los ETFs temáticos dentro de carteras más amplias, asumir riesgos excesivos -o insuficientes- y concentrarse demasiado en temas altamente correlacionados. Ante esta actitud de muchos inversores, y para maximizar las rentabilidades de las inversiones, ofrece cuatro consejos prácticos para evitar “costosos errores”.
1.- Aclarar la tesis de inversión y el horizonte temporal. Una tesis de inversión y un horizonte temporal bien definidos constituyen la base de una inversión temática exitosa, ya que orientan las decisiones y limitan los errores en la toma de decisiones. Los cambios en las fuerzas del mercado y los nuevos avances tecnológicos también pueden requerir reevaluaciones periódicas de los motores de crecimiento y las perspectivas de una determinada temática. Los inversores que buscan ganancias rápidas con temas a largo plazo pueden sentirse decepcionados si los resultados tardan en materializarse. Al establecer puntos de entrada y salida claros que se ajusten al calendario de un tema, los inversores pueden evitar trampas de comportamiento como la sincronización impulsiva del mercado o las salidas prematuras.
2.- Analizar los sesgos sectoriales y otras inclinaciones. Los ETFs temáticos pueden introducir en ocasiones sesgos sectoriales o regionales inesperados que pueden socavar la asignación global de activos de un inversor si no se evalúan cuidadosamente. Al analizar las participaciones subyacentes de los ETFs y tener en cuenta su impacto en las asignaciones de la cartera, se puede evitar una concentración excesiva o una asignación de activos desajustada.
3.- Equilibrar el riesgo y la rentabilidad. Los ETFs temáticos, diseñados para aprovechar oportunidades dinámicas y de alto crecimiento, suelen requerir una gestión cuidadosa del riesgo. Una estrategia para equilibrar los que son potencialmente más arriesgados dentro de una asignación de activos consiste en combinarlos con fondos de menor beta, que ofrecen un riesgo de mercado reducido y cierta protección frente a las caídas. Este enfoque equilibrado puede ayudar a los inversores a buscar el crecimiento, manteniendo al mismo tiempo un nivel de riesgo acorde con los objetivos de la cartera.
4.- Diversificar los rendimientos excedentes: Aunque las innovaciones en tecnología de la información, como la inteligencia artificial, la computación en la nube y la ciberseguridad, impulsan muchas tendencias de crecimiento secular, también existe el potencial de obtener rendimientos superiores a la media en otros ámbitos, como las infraestructuras hidráulicas y la biotecnología. Los factores generales del mercado, como la desaceleración económica o el aumento de los tipos de interés, pueden afectar a todos los ámbitos, pero hay factores específicos que influyen de manera diferente en cada uno de ellos. Por ejemplo, la IA y la robótica pueden prosperar gracias al aumento de la productividad; las infraestructuras hidráulicas, gracias al envejecimiento de las tuberías y al aumento de la demanda industrial de agua, y la biotecnología, como consecuencia de los avances científicos, las decisiones normativas y la actividad de fusiones y adquisiciones. Además, cada una de estas temáticas presenta diferentes correlaciones con los mercados en general. Al diversificar entre temas con factores impulsores no correlacionados, los inversores pueden mejorar potencialmente los rendimientos y evitar al mismo tiempo una concentración excesiva en un solo sector.



