A pesar del creciente interés por parte de los consumidores en invertir de forma sostenible, una encuesta a 11.000 europeos de entre 25 y 64 años realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en colaboración con otras asociaciones como las que forman parte de Euroconsumers, revela que el greenwashing, la baja calidad de los productos y el mal asesoramiento están desincentivando la inversión responsable en la Unión Europea.
La encuesta, realizada en 11 países europeos, señala un interés creciente por la inversión en este tipo de productos sostenibles: el 27% de los inversores europeos ya lo han hecho alguna vez en los últimos tres años, y otro 41% está considerando hacerlo. En concreto, siete de cada diez consumidores valoran positivamente inversiones que ayuden a sectores contaminantes a transitar hacia la sostenibilidad. Y un 62% desearía poder excluir a empresas que contribuyan al uso de combustibles fósiles.
Pero no siempre es fácil identificar productos de inversión sostenibles. Primero porque el 55% de los encuestados nunca han recibido una oferta concreta para invertir en algún producto denominado “sostenible”. Y segundo, porque no distinguen claramente entre los sostenibles y los convencionales (así lo afirman el 52%). Aun así, uno de cada dos consumidores cree que este tipo de productos cumplen con leyes estrictas y piensa que están verificados por supervisores. Dos suposiciones erróneas, advierte OCU.
Deficiencias del marco regulatorio actual
El Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) ha permitido que productos que no son realmente sostenibles se comercialicen como tales. Investigaciones recientes revelan que muchos fondos “verdes” incluyen inversiones en combustibles fósiles y aviación, lo que socava la confianza del consumidor y daña el medio ambiente.
Además, la información sobre sostenibilidad suele estar oculta en documentos complejos, y el asesoramiento financiero está frecuentemente orientado a los productos de inversión con las mayores comisiones, no por el interés del consumidor.
Son motivos que justifican la introducción de cambios en la normativa SFDR. Tanto para establecer dos categorías claras de productos: sostenibles y en transición, como para excluir empresas con prácticas dañinas, establecer reglas claras de marketing y asegurar que los asesores financieros tengan conocimientos sobre sostenibilidad.
Peticiones que coinciden con las planteadas por los consumidores que han participado en la encuesta
- El 76% exige reglas estrictas para que un producto financiero pueda denominarse “sostenible”.
- El 71% quiere que las afirmaciones estén respaldadas por datos científicos.
- El 79% cree que las autoridades deben actuar contra proveedores que venden productos engañosos.
- El 68% solicita pruebas independientes o etiquetas de verificación.




Por Alicia Miguel Serrano