La industria española tiene la convicción de que los productos de inversión orientados a la jubilación tienen un triple papel: ofrecer rentabilidades atractivas, complementar las pensiones públicas y financiar la economía en aquellos temas transversales que el propio Gobierno lanza y apoya. Por ello, su relevancia y su rol fueron uno de los debates incluidos en el XV Encuentro Nacional de la Inversión Colectiva, organizado por Deloitte e Inverco y celebrado en Madrid.
Desde Inverco, consideran que el momento es bueno, ya que la normativa que llega desde la Unión Europea es un claro viento de cola para apoyar el ahorro individual y voluntario (tercer pilar del sistema de pensiones). Una visión que también comparte Almudena Benedit, directora general de March AM: “La SIU, por ejemplo, es clara en este sentido e insiste en el potencial que tienen los planes individuales. En el caso de España, son una necesidad, ya que vamos hacia una población cada vez más envejecida y con mayor esperanza de vida, por lo que hay que buscar alternativas. Siendo una iniciativa muy positiva, si no va acompañada de incentivos fiscales y de una mayor educación financiera, va a ser difícil aprovechar el impulso regulatorio actual”.
Para Enrique Sánchez del Villar, presidente de Renta 4 Gestora, el contexto es favorable porque existe un enfoque de conjunto. “Cuando hablamos de planes de pensiones y fomento de sistemas complementarios, hablamos de proteger y favorecer la capacidad financiera del individuo en su jubilación, pero también del desarrollo y fortalecimiento del mercado de capitales porque, además, estos sistemas canalizan la inversión a largo plazo. Creo que un sistema sano de pensiones supone un equilibrio entre los tres pilares y nuestra obsesión por el pilar II se debe a que es el que mejor puede completar el sistema público”, comentó Sánchez del Villar durante su participación en el evento.
Pilares II y III: ante los retos
Pese a tener el contexto a favor, las firmas reconocen que los retos a los que se enfrenta el desarrollo de los pilares segundo y tercero en España persisten. Para los participantes, dos de los más relevantes son: mejores incentivos fiscales y mayor educación financiera. “El quitar los incentivos y limitarlo a un máximo de 1.500 euros ha tenido un fuerte impacto en el tercer pilar y en el desarrollo de los productos de inversión que están relacionados. Es una realidad que las aportaciones medias al año a los planes de pensiones individuales son bajas y pese a estas limitaciones, los productos son buenos”, recordaba Alfonso Benito, director de Gestión de Activos de Dunas Capital.
En opinión de José Manuel Jiménez Rodríguez, director de Desarrollo de Negocio de Santalucía Servicios Compartidos, el desarrollo del segundo pilar -sistemas de previsión social promovidos por empresas o instituciones para sus trabajadores, como los planes de pensiones de empleo y los planes para autónomos- “es la esperanza blanca”, es decir, donde más expectativas de crecimiento hay puestas. “Actualmente, llevamos un importante retraso en su desarrollo. Los derechos consolidados en 2021 eran un 3% y para 2050 deberías llegar al 31%, pero la realidad es que vamos a acabar en 2025 por debajo del 3%. Es decir, por debajo del punto de partida. Hay que reconocer que no está funcionando y el ejemplo más claro es que no existe ningún fondo de empleo público después de tres años”, apunta Jiménez. En su opinión, para su impulso es necesario un “diseño claro” de incentivos fiscales y, además, propone un análisis serio sobre la posible implementación del auto enrolment en España, para que sirva de catalizador.
Según Carlos González Ramos, director de Relación con Inversores de Cobas AM, en el caso de los planes de pensiones para autónomos, la normativa de los últimos años es insuficiente. “Eso no quita para que seamos positivos. Es clave que ellos mismos decidan con cuánto participar en estos planes, aunque no vean claro cómo pueden beneficiarse de las ventajas fiscales. De fondo, el no tener la seguridad de que habrá un gobierno apoyándolos con una pensión, les da la oportunidad de planificarse. Ahora bien, si partimos de la realidad de lo que supone ser autónomo, hay que ayudarles a invertir en planes simplificados, además de apoyarles con campañas de divulgación y con más conocimientos financieros”, sostuvo González.
En este sentido, el segmento de los autónomos muestra un gran margen de crecimiento, ya que existen 58.000 partícipes en un escenario de tres millones de autónomos. “Tres puntos de mejora serían: mayores incentivos y claridad al presentar sus impuestos; apostar por la digitalización para dar más facilidad y hacer más accesible la relación con la administración y mayor cultura financiera”, añadió González.
Más educación financiera
Los ponentes coincidieron en que, dejando a un lado la fiscalidad, la educación financiera es necesaria para el desarrollo del tercer pilar. “Hay que promocionar el tercer pilar, dar a entender que los ciudadanos lo van a necesitar para el futuro. Centrar el mensaje en micro aportaciones, ya que los salarios no dan para más, y transmitir que cuanto antes se empiece, se podrán lograr mejores rendimientos porque se pondrá asumir más riesgos. Enseñar que el ahorro no es lo que sobra, sino lo que destinas antes de comenzar con el consumo”, insistía Benedit.
Justamente Sánchez del Villar defendía el producto de los planes de pensiones con ese enfoque: “Ha quedado demostrado que son productos que baten la inflación y aumentan el patrimonio, por lo que cumple su función. Pero además tienen la capacidad de gestionarse en función del ciclo vital del partícipe. Es decir, se hace una gestión a lo largo del ciclo de vida y se puede ajustar el riesgo a ese ciclo. Puedes beneficiarte de rentabilidades más altas cuando estás en un momento vital de acumular, y de más bajas o cautas cuando ya te vas a jubilar”.
Por último, pensando tanto en los autónomos como en los inversores particulares, González hizo hincapié en desmitificar los mensajes en torno a los planes de pensiones. “En primer lugar, no es verdad que no sean rentables, ya que la industria ha hecho un gran trabajo en ofrecer productos atractivos y eficientes. En segundo lugar, no es verdad que solo sirvan para ahorrar en impuestos. La realidad es que aportar a un plan de pensiones te genera buenos hábitos de ahorro y es una forma sencilla de ahorrar. Y, por último, es falso que cuando se rescata el plan de pensiones, te peguen ‘el palo’ en impuestos. Si se hace una buena planificación financiera y se rescata como rentas, se puede gestionar de forma más eficiente el rescate del plan”, concluyó durante el debate.