El mercado de acciones de Estados Unidos continúa registrando niveles récord, con el índice S&P 500 alcanzando los 6.700 puntos, lo que representa una subida del 14 % en lo que va del año. El impulso proviene, principalmente, de las grandes compañías tecnológicas, entre las que destacan Nvidia (+36 %), Google (+25 %), Microsoft (+20 %) y Meta (+20 %). Paralelamente, el oro superó los 4.000 dólares por onza, acumulando una ganancia del 55 % en el año.
Este comportamiento se produce en un año marcado por una alta volatilidad y tensiones económicas y geopolíticas, que no han logrado frenar el apetito de los inversores por los activos de riesgo.
Factores de incertidumbre: aranceles, inflación y tensiones geopolíticas
Durante la primera mitad del año, los aranceles impulsados por la administración Trump generaron una corrección del 20 % en los principales índices globales. Aunque se alcanzaron acuerdos con varios países, la política comercial estadounidense mantiene un alto nivel de incertidumbre, ya que los aranceles parecen haberse consolidado como una herramienta estratégica en las negociaciones internacionales.
A esto se suma el riesgo inflacionario, alimentado tanto por la política arancelaria como por el gasto público del programa “Big Beautiful Bill”. En palabras de Lorie Logan, presidenta de la Fed de Dallas, “el objetivo de inflación del 2 % será difícil de alcanzar, incluso sin considerar el impacto de los aranceles”.
Como tercer elemento, persisten las tensiones geopolíticas derivadas de conflictos prolongados como los de Rusia–Ucrania y Medio Oriente, que continúan afectando las expectativas de crecimiento global.
Mercado en ascenso pese a los riesgos
A pesar de este contexto, los inversores mantienen su confianza en la fortaleza de la economía global y en los resultados corporativos que, en su mayoría, han superado las expectativas. Los sectores más destacados del año son tecnología (+20 %), servicios de comunicación (+20 %) y utilities (+19 %).
En cuanto a la política monetaria, el mercado anticipa dos recortes adicionales de tasas por parte de la Reserva Federal durante 2025, en octubre y diciembre, cerrando el año con una tasa de referencia de 3,75 %. La expectativa de una menor tasa ha impulsado una baja en los rendimientos a largo plazo, con el bono a 10 años acercándose al 4 %. Sin embargo, la valuación del S&P 500, con un P/E forward de 21.7x, supera su promedio de 5 años (19x), lo que sugiere un mercado exigente en términos de valuación.
Perspectivas y recomendaciones
En este contexto de máximos históricos y alta incertidumbre, se espera que el mercado lateralice o experimente una corrección en el corto plazo. Desde AIS Financial Group, recomendamos mantener una postura prudente, priorizando sectores defensivos y de calidad, con balances sólidos capaces de resistir eventuales shocks económicos.
Los sectores con mejor perfil en este entorno son banca, energía, consumo defensivo e industrial.
Oportunidades en productos estructurados
Para los inversores que buscan proteger su capital y mantener exposición al mercado, las notas estructuradas representan una alternativa atractiva. En particular, destacan dos tipos de instrumentos:
- Notas con capital garantizado
Ideales para perfiles conservadores, garantizan al vencimiento el 100 % del capital invertido, incluso si el rendimiento del activo subyacente es negativo. Si el subyacente sube, el inversor participa de la ganancia, a menudo con un límite máximo de rentabilidad. Suelen tener plazos de inversión más largos.
- Phoenix Autocall con cupones condicionales
Uno de los productos estructurados más utilizados. Ofrece una barrera de protección de capital que limita el riesgo y un cupón condicional, pagadero si todos los subyacentes se mantienen por encima de la “barrera de cupón”. Además, puede cancelarse anticipadamente (autocall) si los subyacentes superan su nivel inicial, devolviendo el capital más el cupón.
Los productos estructurados continúan ganando relevancia en las carteras de banca privada y gestión patrimonial, al combinar control de riesgo, protección de capital y oportunidades de rentabilidad ajustadas al perfil del inversor. En un entorno de alta volatilidad y valuaciones elevadas, constituyen una herramienta eficaz para diversificar portafolios y mantener una exposición prudente al crecimiento del mercado.