Los activos administrados por las AFOREs crecieron 26% en dólares en el acumulado del año a septiembre, alcanzando los 423 mil millones de dólares. Este crecimiento responde, en parte, al aumento gradual de las contribuciones obligatorias que inició en 2023 y concluirá en 2030, pasando de 6,5% a 15% del salario base, de acuerdo con la reforma de al sistema de pensiones.
Adicionalmente la baja en tasas de interés y el alza en los mercados accionarios favorecieron la revaluación de los portafolios. Tan solo el bono mexicano a 10 años pasó de 10,45% a 8.60% el 9 de octubre.
Según la estimación de J.P. Morgan Asset Management de febrero de 2024, las reformas
podrían llevar los activos de las AFOREs a 659 mil millones de dólares en 2030. En tanto,
Santander Corporate & Investment Banking -en su estimación de febrero de 2023-, proyecta un saldo de 983.000 millones para 2035.
El crecimiento de activos permitió que continuara la tendencia de expansión en inversiones
alternativas -tanto locales como internacionales-, aunque su proporción dentro de los AUMs
disminuyó:
- Las inversiones de las Afores en alternativos (conocidos localmente como instrumentos
estructurados), aumentaron de 30 mil millones de dólares en 2024 a 34.700 millones a
septiembre de 2025, lo que implica una Tasa de Crecimiento Anual Compuesta (CAGR,
por sus siglas en inglés), de 17,8% en dólares entre diciembre 2020 y septiembre de
2025.
- En los últimos cuatro años, las nuevas inversiones en alternativos se han mantenido por
arriba de 4 mil millones de dólares anuales, con un rango entre 4,1 y 4,6 mil millones; en 2025, el acumulado al año asciende a 4,5 mil millones.
- A nivel de portafolio, la exposición en alternativos pasó de 8,9% en diciembre de 2024 a
8,2% en septiembre de 2025, mostrando una ligera reducción porcentual pese al
aumento nominal.
Factores regulatorios y operativos detrás del freno
Aunque la tendencia de crecimiento se mantiene, la disminución relativa obedece a varios
factores ocurridos a finales de 2024 y este año.
En primer lugar, en octubre de 2024 se autorizó un aumento del 10% en el límite de inversión
en alternativos, pero su implementación se ha visto retrasada por requerimientos normativos
internos y por un aspecto legal relevante: la redacción vigente de la norma asigna a las
AFOREs la responsabilidad sobre eventuales pérdidas de los fondos en los que invierten. Esta
ambigüedad ha generado cautela entre los inversionistas institucionales, y se espera una
modificación legal hacia finales de año que aclare este punto.
Adicionalmente, en junio de 2025 la Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN) del
Departamento del Tesoro de EE. UU. designó a CI Banco, Intercam y Vector Casa de Bolsa
como “primary money laundering concerns” vinculadas al tráfico ilícito de opioides.
Esta medida afectó directamente a las AFOREs, pues limitó la operación de los fideicomisos a
través de los cuales canalizan sus inversiones en capital privado, Fibras y otros vehículos.
Los bancos corresponsales e intermediarios internacionales suspendieron temporalmente
operaciones con dichas instituciones, afectando su capacidad fiduciaria y de operación en
divisas.
Tan solo CI Banco administraba cerca del 90% de los vehículos mediante los cuales las AFOREs invertían en capital privado local e internacional (más de 300 fideicomisos resultaron afectados).
El proceso de sustitución de fiduciarios tomó varios meses, y apenas hacia septiembre comenzó a normalizarse la operación.
Por estas razones, las AFOREs redujeron el ritmo de nuevas inversiones en alternativos
durante 2025, pese a un entorno favorable en tasas y valorizaciones.
A medida que se regularicen los cambios fiduciarios y se aclare el marco regulatorio, se espera
que la asignación hacia instrumentos estructurados recupere su dinamismo en 2026, apoyada
por el crecimiento sostenido de los activos administrados y el mayor flujo de contribuciones
derivado de la reforma.