Desde alcanzar el objetivo de cero emisiones netas hasta modernizar las redes eléctricas y los sistemas de transporte obsoletos pasando por adoptar la conectividad digital. Estos son los retos que afrontan las infraestructuras mundiales y satisfacer estas necesidades requerirá una inversión considerable: casi 64 billones de dólares en los próximos 25 años, lo que equivale al 1,7% del PIB mundial.
“Es una tarea difícil, pero también una oportunidad enorme”, según recoge el último estudio de Carne Group, que encuestó a un grupo de 25 gestores de fondos que gestionan colectivamente 175.000 millones de dólares en activos de infraestructura para conocer su opinión sobre cómo ven el crecimiento de su mercado en los próximos años, el impacto de los principales retos a los que se enfrentan y cómo piensan superarlos.
El capital privado será fundamental para apoyar al sector público en el impulso de las infraestructuras: el interés por la inversión en infraestructuras sigue aumentando tanto entre los inversores institucionales como, más recientemente, entre los inversores minoristas.
Los activos globales gestionados en infraestructuras alcanzaron los 1,6 billones de dólares a finales de 2024, casi duplicándose en solo cinco años. El aumento de los tipos de interés y el endurecimiento de los mercados cotizados han encarecido el capital para financiar las infraestructuras, además de alargar los plazos de recaudación de fondos, según recoge el informe. Al mismo tiempo, un entorno cada vez más competitivo ha concentrado el capital en megafondos de infraestructura.
A medida que evolucionan las prioridades de los inversores y surgen nuevos retos, los gestores de fondos de infraestructura se están adaptando con confianza, creatividad y una visión a largo plazo. En 2024 se registró el segundo mayor número de lanzamientos de fondos de la historia, tras un año excepcional en 2023. Sin embargo, el impacto de los vientos en contra se refleja en las cifras de recaudación de fondos, que han pasado de 174.000 millones de dólares en 2022 a 97.910 millones en 2024.
“El mensaje se recibió alto y claro: el futuro es prometedor para las infraestructuras”, asegura la firma. Su encuesta desvela que más de cuatro quintas partes (84%) de los gestores de fondos con los que hablamos prevén un aumento de hasta el 25% en las entradas de capital para finales de este año en comparación con 2024, y el 16% afirma que podrían aumentar en un 50% o más.
Este interés no es infundado, ya que las infraestructuras siempre han tenido un buen rendimiento en los mercados privados debido a que ofrecen resiliencia, protección frente a la inflación y resultados sostenibles. “La necesidad de descarbonizar la economía y los avances en inteligencia artificial, junto con el consiguiente aumento de la demanda de energía eléctrica, hacen que las infraestructuras estén pasando de ser una estrategia especializada a convertirse en una asignación fundamental en muchas carteras, incluidas las de los inversores minoristas”, explican en la firma.
Retos
No todo es color de rosa: el estudio indica que los gestores están preocupados por la consolidación del mercado, y las adquisiciones de alto perfil. Mientras tanto, el endurecimiento de la normativa está imponiendo sobrecargas de cumplimiento a los gestores de fondos.
Por lo tanto, no es de extrañar que el sondeo también destaque la creciente dependencia de especialistas externos para hacer frente a estos retos. “Y esa es una tendencia que va a continuar, ya que los gestores de fondos de infraestructura se adaptan para prosperar en un entorno en el que el rendimiento no solo se mide en términos de rentabilidad, sino también en creación de valor a largo plazo e impacto social”.
Los minoristas, a escena
El acceso de los minoristas a la inversión en infraestructuras se está expandiendo rápidamente: el 72% de los gestores de fondos de infraestructuras prevé un aumento de la captación de nuevos fondos procedentes de este segmento.
Esta ola de interés está remodelando el panorama, proporcionando a los gestores de fondos una base de capital más amplia y diversa. Así, el 83% de los gestores encuestados por Carne Group ya ofrecen fondos semilíquidos, y el resto tiene previsto hacerlo en los próximos dos años.
Los gestores de infraestructuras buscan crecer más allá de sus propias fronteras. Casi todos los gestores encuestados (96%) afirman que en 2025 se centrarán más en los mercados extranjeros que el año pasado. Casi tres cuartas partes (72 %) han dicho que quieren entrar en el mercado estadounidense por primera vez.
Y tras un año más tranquilo en cuanto al lanzamiento de nuevos fondos, la mayoría de los gestores esperan un repunte: cuatro quintas partes de los encuestados prevén más lanzamientos de fondos en 2025 que en 2024, y el 40% cree que el aumento será «espectacular». Además, casi nueve de cada diez (88%) prevén una importante captación de fondos nuevos en comparación con el año pasado, y más de dos tercios (68%), aumentos espectaculares en este sentido.
Las razones serían varias. Con la estabilización de los tipos de interés y la moderación de la inflación, las condiciones son propicias para un resurgimiento institucional de los activos de larga duración vinculados a la inflación. Además, se espera que la mejora de la visibilidad macroeconómica acorte los ciclos de captación de fondos y favorezca los nuevos lanzamientos. Los inversores que se mantuvieron a la espera están listos para volver a entrar en el mercado.
El papel y el impacto de la IA
La inteligencia artificial (IA) se está convirtiendo en un poderoso aliado para los gestores de fondos de infraestructura, ya que les ayuda en la gestión de riesgos, la construcción de carteras y el cumplimiento normativo.
Casi todos (el 92%) de los gestores participantes en el informe utilizan la IA para desarrollar estrategias de inversión, y el 8% restante tiene previsto implementar la IA en un plazo de 18 meses. Además, todos los encuestados consideran que la IA es fundamental para generar alfa, y el 24% la califica de «muy importante».
Las ventajas son evidentes: mejor conocimiento, decisiones más rápidas y mayor cumplimiento normativo.
Infraestructura: Resiliente, preparada y con visión de futuro
Los datos de la firma revelan claramente que las infraestructuras siguen siendo uno de los ámbitos de inversión más interesantes, ya que ofrecen una combinación poco habitual de estabilidad, rentabilidad e impacto. Los gestores de fondos de infraestructuras se muestran optimistas sobre su capacidad para aprovechar el interés de los inversores, junto con una floreciente cartera de oportunidades para aportar capital al mercado.
Respaldado por tendencias a largo plazo como la transformación digital y sus demandas de energía eléctrica, la transición energética global y la evolución de las políticas públicas en materia de transporte, el sector se encuentra en una buena posición para lograr un crecimiento sostenido.
Aunque el entorno actual es cada vez más complejo, como consecuencia de la incertidumbre macroeconómica, la volatilidad de los tipos de interés y el mayor escrutinio regulatorio -especialmente en lo que respecta al cumplimiento de las normas ESG y blanqueamiento de capitales- los gestores no rehúyen el reto y apuestan por la innovación adoptando la inteligencia artificial, externalizando de forma inteligente y abriendo la puerta a nuevos mercados e inversores.