Como cada año celebramos el Día de la Educación Financiera, una ocasión para recordar la importancia de contar con los conocimientos y herramientas que nos permitan gestionar mejor nuestra economía personal y planificar el futuro con confianza.
Hoy la tecnología ha democratizado el acceso al conocimiento financiero, poniendo a disposición de cualquier persona herramientas digitales que permiten gestionar su economía personal de forma sencilla y en tiempo real. Lo que antes estaba reservado a universidades o a quienes podían pagar asesoramiento especializado, ahora está al alcance de todos a través de aplicaciones, simuladores, contenidos formativos accesibles e incluso redes sociales.
En esta evolución, la Inteligencia Artificial marca un nuevo paso, al ofrecer un acceso aún más rápido y personalizado a la información financiera. Un ejemplo de ello es Blue, el asistente virtual que BBVA ha desarrollado para ayudar a sus clientes en la gestión de sus finanzas a través de su app.
Además, la tecnología nos permite personalizar la experiencia educativa a través, por ejemplo, apps, simuladores, calculadoras de pensiones, y herramientas interactivas que ayudan a visualizar, evaluar y mejorar la salud financiera.
Entre esas herramientas se podría destacar aquellas aplicaciones de elaboración y seguimiento de presupuestos de gastos e ingresos. Un ejemplo serían las herramientas de BBVA como Mi día a día, que permite al usuario ver sus ingresos y gastos ordenados en categorías y subcategorías y saber a qué destina su dinero.
Asimismo, las calculadoras online facilitan a las personas la administración de sus finanzas y alcanzar la salud financiera, como por ejemplo, las calculadoras de BBVA de esfuerzo mensual en deuda (que calcula la deuda mensual máxima que puedes asumir sin poner en peligro tus finanzas personales), la de colchón de imprevistos necesario, las de ahorro de electricidad, calefacción, y agua caliente, y la calculadora 50/30/20, que permite descubrir qué parte de tus ingresos tendrías que destinar a cubrir tus necesidades básicas, cuánto a gastos prescindibles, y qué cantidad ahorrar todos los meses. Asimismo, aquellos simuladores que ayudan a las personas en la adopción de decisiones de planificación financiera a largo plazo, como, por ejemplo, las calculadoras de estimación de pensión pública y de ahorro complementario para jubilación de BBVA Mi Jubilación.
Las iniciativas y portales de educación financiera, muchos de ellos de acceso libre y gratuito, tanto públicos como aquellos promovidos por entidades privadas, ponen a disposición de la ciudadanía herramientas, recursos e información para ayudarles a mejorar progresivamente sus conocimientos financieros. Este sería el caso del espacio “finanzas de un vistazo” de la página web de BBVA España, de la Academia de Inversores de BBVA Asset Management, y de BBVA MI Jubilación, portal dirigido a informar y guiar sobre temas relativos a la jubilación, la pensiones públicas y el ahorro complementario.
Además, en las redes sociales han surgido miles de «finfluencers» y educadores que, aquellos que aportan información rigurosa y contrastada, explican conceptos complejos de forma amena y accesible. También los foros especializados, las comunidades y el conocimiento colectivo compartido crean espacios donde la gente comparte experiencias, estrategias y se ayuda mutuamente. Hoy en día el problema no es la falta o el acceso a la información, sino que el reto está en acceder a información de calidad, que ayude a las personas a alcanzar una educación financiera que les permita tomar decisiones responsables y sostenibles a lo largo de su vida. La democratización del acceso a la información no garantiza la democratización del conocimiento de calidad.
Las personas deben desarrollar un espíritu crítico necesario para navegar en este nuevo entorno, y usar estas herramientas que provee la tecnología para construir una salud financiera personal y una vida más segura y próspera.
La educación financiera no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para alcanzar y mantener el bienestar financiero. Igual que cuidamos nuestra salud física, necesitamos crear hábitos saludables para nuestra vida financiera. La educación financiera es uno de los facilitadores para lograr y mantener a lo largo del tiempo la salud financiera, clave para lograr la tranquilidad y el bienestar personal.
En definitiva, la educación financiera es un aprendizaje continuo: no se trata de saberlo todo, sino de contar con las herramientas y la actitud necesarias para tomar decisiones informadas. En un mundo cambiante, cultivar buenos hábitos financieros es una de las formas más seguras de ganar libertad y construir un futuro con mayor tranquilidad.