Nos metemos de cabeza en el último trimestre de 2025 con la incertidumbre como mantra tras las últimas decisiones de la Administración Trump -el aumento de la tarifa de visado H-16 y el anuncio de nuevos aranceles-. Según destacan desde Edmond de Rothschild AM, estas medidas afectarán principalmente a los aliados de EE.UU., no a China, Además, las expectativas de recortes de tipos por parte de la Fed se han desvanecido, mientras que los bonos soberanos de EE.UU. y Europa han registrado subidas significativas.
En lo que se refiere a los aranceles, Trump anunció una batería de aranceles: 100% a productos farmacéuticos patentados desde 2025, 50% a gabinetes de cocina y muebles de baño, 30% a muebles tapizados y 25% a camiones pesados fabricados fuera de EE.UU. También, confirmó que inversores estadounidenses como Dell, Rupert Murdoch y Larry Ellison participarán en la nueva estructura de TikTok, valorada en 14.000 millones de dólares, con Oracle, Silver Lake y MGX tomando participaciones del 15% cada uno.
Además, el gobierno de Dontal Trump se enfrenta a un “nuevo cierre”. Según explican desde Banca March, actualmente las posiciones de republicanos y demócratas están enrocadas. “El pasado 19 de septiembre los republicanos presentaron una propuesta que mantendría abierta la Administración durante otras siete semanas, pero esta resultó rechazada en el Senado. Por su parte, los demócratas han exigido que se prorroguen los subsidios sanitarios (Obamacare) y también la reversión de recortes presupuestarios a la sanidad aplicados al programa Medicaid y que fueron aprobados justamente en la reciente reforma fiscal de Trump – el propio presidente ha tachado estas propuestas de ‘irracionales’ y ha declarado que no está dispuesto a ceder», comenta la entidad en su análisis semanal.
A última hora del martes, la Casa Blanca ha enviado una circular a las agencias gubernamentales ordenándoles «implementar planes para un cierre ordenado» ante la falta de acuerdo. Según explican desde Julius Baer, el cierre del gobierno estadounidense se produce debido a un bloqueo en el Congreso respecto a la financiación para el año fiscal 2026. El Congreso no logró acordar al menos una resolución de continuidad, que habría otorgado más tiempo para las negociaciones sin necesidad de paralizar al gobierno. Como consecuencia, las operaciones federales no esenciales se detendrán y muchos trabajadores serán enviados a casa sin empleo temporalmente.
Sobre qué implicaciones tendrá esto en el mercado de bonos, Dario Messi, responsable de Análisis de Renta Fija en Julius Baer, se muestra cauto: «El impacto económico suele ser limitado y las operaciones del Tesoro permanecen intactas, ya que en esta ocasión el debate no está vinculado al techo de deuda. Así, salvo que la situación se prolongue, el evento es políticamente muy sensible pero poco probable que, por sí solo, genere una disrupción significativa en los mercados de bonos. Las primeras señales también muestran una reacción moderada en los mercados hasta ahora, con los rendimientos de los bonos estables y los futuros de la renta variable solo ligeramente a la baja».
Datos macro
Por otro lado, los últimos datos económicos respaldan la postura de espera adoptada por la Fed. Por ejemplo, el PMI compuesto se mantiene sólido en 53,6, mientras que los nuevos pedidos, el PIB y el consumo del segundo trimestre crecieron 0,4%, 3,8% y 2,5%, respectivamente. “La economía estadounidense sorprendió al alza con un crecimiento del PIB de 3,8% anualizado en el segundo trimestre de 2025, por encima del 3,3% estimado, acompañado de un núcleo PCE en 2,6% y solicitudes de desempleo por 218,000, mejor de lo previsto. Pese a estos sólidos datos, el S&P 500 retrocedió 0,5% y acumula tres sesiones a la baja, mientras su ratio precio/beneficio adelantado se elevó a 22,9, un nivel visto solo en la burbuja tecnológica y el rally de 2020”, comenta Felipe Mendoza, analista de mercados ATFX Latam.
En el caso de Europa, los datos fueron, según la visión de Edmond de Rothschild AM, “más mixtos”: el PMI manufacturero de septiembre volvió a terreno negativo en 49,5, frente al 50,7 anterior, mientras que los servicios sorprendieron al repuntar a 51,4 desde 50,5 (excepto en Francia). “Mientras que la actividad en Reino Unido siguió desacelerándose en agosto y existe la posibilidad de nuevas subidas fiscales para cubrir un déficit presupuestario de 30 billones de libras”, matizan.
Si miramos a los mercados emergentes, desde Mirabaud Wealth Management recuerdan que el trimestre comienza con una agenda algo más ligera. “Las cifras de inflación de Brasil y los datos de actividad de Europa Central siguen siendo los principales puntos de referencia locales, mientras que en Sudáfrica y gran parte de Asia, excepto China, los mercados se guiarán por el sentimiento global y las materias primas. La relativa calma del petróleo ha proporcionado cierta estabilidad al Golfo, mientras que el cobre sigue siendo el motor de América Latina. El ruido político está actualmente atenuado, pero las fricciones comerciales transfronterizas en Asia siguen siendo un tema candente.
Bancos centrales
Para los expertos de Edmond de Rothschild AM, estos acontecimientos provocaron una caída en las expectativas de recortes de tipos y fuertes subidas en las yields de los bonos soberanos de EE.UU. y Europa. “En EE.UU., las declaraciones de los gobernadores de la Fed reflejan una fuerte división entre quienes se preocupan por el empleo y quienes priorizan los riesgos inflacionarios”, apuntan.
En opinión de Stefan Rondorf, Senior Investment Strategist, Global Economics & Strategy de Allianz Global Investors, tras las últimas declaraciones de los principales banqueros centrales en EE. UU., Europa y Asia, podemos deducir dos aspectos principales: sus políticas siguen tendencias dispares y los mensajes que han querido transmitir tampoco han sido los mismos.
“Uno de los mensajes del BCE fue que considera que su política monetaria está ‘en un buen momento’. Al otro lado del Atlántico, la Fed sigue una trayectoria muy distinta y señaló que habrá nuevas bajadas en el futuro. Su mensaje principal fue claro: queremos evitar riesgos a la baja antes de que sea demasiado tarde, y confiamos en lograrlo. Por último, en Asia, el BoJ mantiene otra senda de política distinta al dejar sin cambios su tipo de referencia. Sin embargo, en su última reunión surgieron posturas más restrictivas que defendían una subida de tipos. Se trata de algo poco habitual que, en el pasado, ha precedido a nuevas subidas”, resume Rondorf.