La inversión pasiva, especialmente a través de ETFs y fondos indexados, ha transformado la forma en que los inversores acceden a los mercados financieros en la última década. Según Eurizon AM, el volumen global gestionado en estos instrumentos ha consolidado su papel como herramientas clave para construir carteras diversificadas, líquidas y eficientes en costes.
Su capacidad para replicar índices con transparencia y precisión ha convertido a los ETFs y fondos indexados en pilares tanto para inversores institucionales como minoristas, representando, según dice Eurizon AM, la columna vertebral de la asignación de activos moderna.
No obstante, a medida que los mercados evolucionan, también lo hacen las necesidades de los inversores. En un entorno marcado por inflación, divergencia de políticas monetarias, tensiones geopolíticas y creciente concentración de los índices, cada vez más gestores buscan complementar posiciones pasivas con decisiones activas, sin renunciar a las ventajas fundamentales de la indexación. Según Eurizon AM, no se trata de elegir entre gestión pasiva o activa, sino de capturar los beneficios de ambos enfoques cuando se aplican de manera conjunta.
Eficiencia versus interpretación
Un ETF o fondo indexado replica un índice con precisión, pero no interpreta las condiciones económicas ni discrimina entre compañías según sus fundamentales. Según Eurizon AM, “los ETFs y fondos indexados son esenciales por su eficiencia y transparencia. Pero en determinadas fases, contar con capacidad de análisis e interpretación ayuda a detectar riesgos o matices que el índice aún no refleja. Ahí es donde la visión activa añade una capa extra”.
Concentración de los índices y necesidad de reequilibrio
Hoy, un pequeño grupo de compañías domina los principales índices globales. Según Bloomberg, en junio de 2025, las siete mayores empresas del S&P 500 representaban más del 34% del índice. Según dice Eurizon AM, esta concentración, aunque impulsora de rentabilidad, amplifica el riesgo de exposición simultánea, por lo que muchos inversores aplican ajustes activos sobre un núcleo pasivo para diversificar más allá de las mega-caps y reducir correlaciones excesivas.
Pasividad no significa inacción
La inversión pasiva no responde de inmediato a shocks económicos o geopolíticos. Según Eurizon AM, muchas estrategias combinan un núcleo indexado con coberturas activas y flexibles, como rotaciones geográficas, cambios en la duración o sesgos defensivos, manteniendo la resiliencia de la cartera sin alterar su estructura central.
El coste importa, pero no lo es todo
Según un estudio de Morningstar citado por Eurizon AM, los fondos pasivos captaron más de 1,1 billones de dólares en entradas netas en los últimos dos años, mientras que los fondos activos registraron salidas cercanas a 1,4 billones. El 20% más barato de los fondos pasivos absorbió el 90% de todos los flujos. Sin embargo, según dice Eurizon AM, el coste es solo una parte de la ecuación; la eficacia de una estrategia también depende del perfil del inversor, su horizonte temporal y la necesidad de flexibilidad, combinando núcleos indexados con soluciones activas selectivas.
No todos los objetivos encajan en un índice amplio
Los índices reflejan el mercado, pero no siempre se alinean con los objetivos individuales de los inversores. Según Eurizon AM, quienes buscan rentas, aplican filtros ASG o se centran en temáticas específicas requieren soluciones más a medida. El auge de ETFs activos, fondos indexados con filtros ASG y estrategias híbridas refleja el interés por enfoques que combinan eficiencia de costes con objetivos personales.
En conclusión, según Eurizon AM, los ETFs y fondos indexados siguen siendo pilares fundamentales de la construcción de carteras modernas. Sin embargo, el entorno fragmentado actual impulsa a los inversores a complementar la disciplina pasiva con visión activa, añadiendo agilidad, control y contexto. La tendencia apunta a un modelo complementario, donde eficiencia e interpretación no se excluyen, sino que funcionan mejor juntas.