Perú empezó algo tarde a emitir bonos verdes, pero actualmente el país se ha convertido en un actor emergente en el sector. Este auge responde a dos fuerzas: rentabilidad e impacto climático. El país es altamente vulnerable al cambio climático y podría perder hasta 6% del PBI al año 2030, señala un artículo firmado por Armando Herrera, gerente general de Fynsa Perú.
Hasta 2021, los emisores locales colocaron cerca de 4.800 millones de dólares en bonos temáticos, de los cuales 1.100 millones fueron bonos verdes (18 % del total) emitidos hasta abril de 2022.
El mercado peruano de bonos verdes dio sus primeros pasos en 2014, con la emisión de 204 millones de dólares por parte de Energía Eólica S.A., destinada a parques eólicos en el norte del país. En 2018, Protisa Perú colocó 30 millones de dólares para eficiencia energética y sostenibilidad hídrica. A partir de 2019, las emisiones se aceleraron con colocaciones como el primer bono verde del Banco de Desarrollo del Perú (COFIDE) y, en 2022, el ingreso del sector bancario con el bono verde financiero de Credicorp (30 millones de dólares). COFIDE ha sido un actor clave en este mercado, con seis bonos temáticos por más de 180 millones de dólares, lo que representa cerca de la mitad de las emisiones sostenibles.
El sector público también ha ingresado al mercado. Desde 2021, el Gobierno emitió cuatro bonos soberanos sostenibles, incluyendo uno en 2023 por valor de 4.400 millones de dólares, premiado por su enfoque inclusivo. El mercado también innova. COFIDE anunció el primer bono azul (28 millones de dólares para agua y saneamiento) y BanBif colocó el primer bono verde subordinado (20 millones de dólares) con respaldo de LAGreen. Estos casos reflejan una mayor sofisticación del mercado.
Sostenibilidad y rentabilidad: motores del boom
Perú es altamente vulnerable al cambio climático y podría perder hasta 6% del PBI al 2030. Por ello, los bonos verdes son una herramienta clave para financiar energía limpia, infraestructura resiliente y gestión hídrica.
Financieramente, los bonos verdes han demostrado ser una opción atractiva, además de su contribución ambiental. Suelen mostrar alta demanda en los mercados internacionales, lo que permite a los emisores acceder a tasas competitivas mediante el llamado “greenium”.
En el primer semestre de 2023, la demanda promedio de bonos verdes en dólares fue 5,4 veces superior al monto ofertado, facilitando financiamiento más barato para proyectos sostenibles y premiando a emisores comprometidos con el medio ambiente.
En Perú, el interés global por bonos verdes representa una gran oportunidad. El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) destaca su potencial para atraer capital extranjero y dinamizar el mercado local. Inversionistas institucionales peruanos, como AFP y aseguradoras, ya aplican criterios ESG, impulsando la demanda local.
Desafíos y perspectivas
De cara al futuro, las perspectivas son alentadoras. Se espera el ingreso de nuevos instrumentos como los bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB), que premian con menores tasas a emisores que cumplen metas ESG, o los bonos de transición para industrias que buscan descarbonizarse. Estas innovaciones permitirán a más empresas participar en finanzas sostenibles, alineando sus objetivos económicos con el cumplimiento de metas ambientales o sociales. Así, el mercado peruano podría consolidarse como un referente regional en bonos temáticos durante el nuevo ciclo financiero.
A nivel global, las emisiones de bonos con criterios ESG han crecido de forma exponencial. En 2024, las emisiones de deuda sostenible (bonos verdes, sociales, sostenibles y vinculados a sostenibilidad) superaron los 1,05 billones de dólares, con los bonos verdes representando cerca de dos tercios de ese total, según Climate Bonds Initiative.
América Latina aún representa una porción menor (alrededor del 3 % del total), liderada por Brasil, México y Chile. En este contexto, Perú ha sido un actor emergente, representando alrededor del 3,3 % de las emisiones verdes acumuladas en la región, pero con señales claras de dinamismo creciente.