La India se perfila como una de las grandes historias de crecimiento económico de las próximas décadas, según Avinash Vazirani y Colin Croft, gestores de renta variable india en Jupiter Asset Management. El país, que ya ha superado a Japón en 2025 para convertirse en la cuarta economía mundial, avanza a un ritmo anual estimado del 6,5% y combina factores demográficos, estructurales e institucionales que lo colocan en una posición privilegiada en el panorama global.
El principio de que “pasar tiempo en el mercado” ofrece mejores resultados que intentar acertar el momento de entrada parece aplicarse de forma especial en economías que atraviesan fases prolongadas de desarrollo. La India se encuentra inmersa en una transformación que recuerda a Estados Unidos y Japón el siglo pasado o a China a comienzos de este: de un país agrícola a un centro urbano, industrial y de servicios.
No obstante, los inversores internacionales han pasado por alto gran parte de las extraordinarias rentabilidades que el mercado indio ha ofrecido en los últimos 25 años. Según los analistas, las percepciones extranjeras suelen estar desfasadas y el peso de la India en muchas carteras globales es desproporcionadamente bajo para su tamaño y dinamismo.
Uno de los motores clave de este crecimiento que apuntan los gestores de Jupiter Asset Management es su demografía: con una edad media por debajo de los 30 años, India incorpora cada año entre 7 y 8 millones de trabajadores, incluidos 1,5 millones de ingenieros. A diferencia de las economías occidentales envejecidas y con sistemas de pensiones tensionados, el país puede destinar recursos a infraestructuras, como carreteras y aeropuertos, y a incentivar industrias estratégicas.
A este potencial se suman unas instituciones sólidas: un gobierno democrático, un estado de derecho y suficiente estabilidad y previsibilidad para que las empresas y los consumidores puedan invertir pensando en el futuro. Las reformas impulsadas por el gobierno de Narendra Modi en la última década, como la unificación fiscal, el sistema de identidad digital Aadhar o la plataforma de pagos UPI, han modernizado la economía y facilitado el acceso al crédito, apoyando tanto la vivienda como la expansión empresarial, apuntan los expertos.
Además, para los gestores de Jupiter AM, la prima de valoración que presenta India frente a otros mercados emergentes está plenamente justificada. No solo por su crecimiento sostenido de beneficios a largo plazo, sino también por su posición geopolítica única como gran potencia no alineada, capaz de trazar su propio rumbo y sin exposición directa al mayor riesgo que afrontan China y Estados Unidos en los próximos años: la cuestión de Taiwán.
Pese a estos avances, la imagen de la India en gran parte de Occidente sigue anclada en el pasado, percibiéndola como una apuesta táctica entre otros mercados emergentes. Sin embargo, para Vazirani y Croft, el país representa una tendencia estructural de varias décadas, con un crecimiento sostenido de beneficios empresariales que justifica la prima de valoración respecto a otros emergentes.
En Jupiter AM apuestan por un enfoque de “crecimiento a precios razonables”, identificando compañías con beneficios en expansión que cotizan por debajo de los valores de referencia. En el mercado indio, afirman, abundan estas oportunidades, especialmente fuera del índice principal, en empresas grandes y líquidas que, aunque menos seguidas, cuentan con mejores perspectivas que muchos de los pesos pesados bursátiles.
Con su combinación única de juventud poblacional, reformas estructurales e instituciones estables, la India no solo está ganando relevancia en la economía mundial, sino que se posiciona como un destino estratégico para la inversión a largo plazo.