El acceso a la inversión inmobiliaria solía estar reservada a unos pocos, pero el crowdlending está cambiando esa realidad, ofreciendo oportunidades más accesibles para inversores y financiación para promotores. Para que el crowdlending pase a consolidarse como un activo estructural en las carteras del inversor español, es necesario que el inversor entienda bien el concepto y confíe.
La clave está en que actualmente el crowdlending permite a cualquier persona invertir en un sector que, hasta hace poco, estaba reservado a grandes inversores. Y, además, con una barrera de entrada muy pequeña, ya que se puede invertir desde 250 euros. No obstante, el reto persiste en la educación financiera y la divulgación.
El crowdlending proporciona una agilidad y flexibilidad que el modelo bancario tradicional no puede ofrecer a los promotores para llevar a cabo su proyecto, especialmente en las etapas tempranas del ciclo inmobiliario, donde la banca tradicional es más cautelosa. Aquí, la financiación alternativa ya no es solo una opción complementaria; en muchos casos se convierte en el salvavidas que desbloquea proyectos vitales para el sector.
Desde su llegada a España en 2017, Civislend ha enfrentado significativos desafíos al posicionar el crowdlending frente a instrumentos más tradicionales. Ha sido crucial luchar contra el desconocimiento general del crowdlending y demostrar que se puede invertir de forma profesional fuera del circuito bancario, priorizando la reputación y la transparencia como nuestras banderas.
En mercados donde hay una falta de vivienda, esta forma de financiación alternativa es esencial. Permite a los promotores obtener rápidamente el capital necesario durante etapas clave del desarrollo inmobiliario, como la compra de terrenos o fases iniciales de desarrollo de la obra y reformas por cambio de uso.
El marco regulatorio europeo, encabezado por el Reglamento (UE) 2020/1503, ha impulsado el desarrollo de plataformas de financiación participativa, al establecer un entorno que mejora la protección del pequeño inversor y permite a los promotores operar en toda la Unión Europea con una única licencia.Finalmente, es fundamental seguir fomentando el conocimiento y comprensión del crowdlending entre los inversores.
En resumen, el crowdlending inmobiliario es más que una tendencia emergente; es una herramienta clave para democratizar la financiación en el sector. Se convierte en una atractiva opción para inversores que desean rentabilizar su capital al invertir en la financiación otorgada a promotores, recibiendo a cambio una rentabilidad fija en un plazo determinado en un mercado en constante evolución.
Tribuna de Íñigo Torroba, CEO de Civislend