Los organismos regulatorios han puesto el foco en la actividad de los finfluencers. Las últimas intervenciones de los responsables de la CNMV insisten una y otra vez en este reto. De hecho, la primera línea estratégica del plan de actividades del organismo, que trata sobre “Supervisión eficaz como pilar clave para la protección del inversor”, incluye como objetivo la supervisión del cumplimiento por parte de finfluencers de las normas relativas a la emisión de recomendaciones de inversión conforme al Reglamento de abuso de mercado y la Guía sobre finfluencers. Además, la Global Money Week ha dedicado este año su temática a los efectos de los finfluencers y la inteligencia artificial en la toma de decisiones financieras.
Pero, ¿qué son los finfluencers? Son creadores de contenidos relacionados con temas financieros. Sus mensajes pueden tener un impacto considerable como consecuencia de la relevancia de estos perfiles en las redes sociales. Esta capacidad de difusión de los mensajes financieros genera algunos problemas de fondo. El más relevante es que muchos seguidores de estos finfluencers carecen de una formación financiera que les permita entender los riesgos que implican muchas de las recomendaciones y consejos financieros que difunden estos perfiles. Esto conlleva decisiones de inversión que, en muchos casos, pueden no ser adecuadas.
Ya hay entidades que se han puesto manos a la obra para dar luz en lo referente a los finfluencers. Una de ellas es Banco Santander, que cuenta con el webinar «Finfluencers: ¿Maestros del Dinero o Vendedores de Humo?» incluido en el módulo formativo de los talleres de Finanzas para Mortales, que ofrece las principales claves sobre cómo trabajan los influencers financieros, aborda los posibles riesgos y enseña a diferenciar a los finfluencers transparentes de los no lo son, con consejos fundamentales para tomar las mejores decisiones antes de hacer ‘click’.
Asimismo, Renta 4 también celebró recientemente Finfluencers 2025, un evento que “nace con el propósito de acercar el mundo de la inversión al gran público, a través de la mirada cercana y didáctica de tres destacados creadores de contenido financiero”, según reconoció la propia firma.
Atención a las estafas en redes sociales
La CNMV ya empezó a tomar medidas relacionadas con la difusión de mensajes a través de redes sociales, antes incluso de la presentación del citado Plan de Actividades, ya que a finales del año pasado la CNMV acordó incoar un expediente sancionador a Twitter por la posible comisión de una “infracción continuada muy grave” por el incumplimiento de los deberes consistentes en comprobar si Quantum AI estaba autorizada a prestar servicios de inversión por la CNMV, y si esta firma estaba incluida en la relación de entidades advertidas por la CNMV o por organismos supervisores extranjeros, en relación con los anuncios de pago publicados por Twitter/X en el mes de diciembre de 2023.
LA CNMV explica en su escrito que, en un contexto de creciente impacto del fraude financiero, “debe destacarse la relevancia mediática que, coincidiendo con la publicación de los anuncios de Quantum AI en la plataforma X, ha venido teniendo en la opinión pública la existencia de una presunta estafa por parte de entidades no autorizadas y advertidas por la CNMV que se articularía a través de la citada plataforma X y que implicaría el uso indebido por dichas entidades de la imagen de personajes públicos en España, en concreto mediante la publicación de tuits simulando una noticia donde uno de estos personajes revela haber obtenido altas rentabilidades utilizando una aplicación creada por una de estas entidades.
Recientemente, el supervisor de los mercados españoles también publicó una alerta sobre fraudes en grupos de WhatsApp. El escrito explica que, con el reclamo de recibir formación y recomendaciones de inversión de supuestos expertos financieros, los estafadores invitan a los inversores a unirse a estos grupos.
Una vez dentro, recomiendan a las víctimas invertir a través de sus propios intermediarios financieros, por ejemplo, en acciones negociadas en mercados extranjeros, normalmente de capitalización bursátil pequeña, bajo la promesa de obtener ganancias extraordinarias a corto plazo.
Para captar la atención de estos potenciales clientes, según explica el organismo, a menudo suplantan la identidad de personas reconocidas o de entidades financieras que están debidamente registradas.
Las primeras inversiones son exitosas y obtienen ganancias, lo que permite a los estafadores ganarse la confianza de sus víctimas y fomentar que atraigan a otros potenciales inversores de su entorno cercano. Tras obtener su confianza, les presentan una inversión estrella, en la que les incitan a inyectar la mayor cantidad de dinero posible con la expectativa de obtener ganancias desorbitadas en tan solo unos días. Sin embargo, tras realizar esa inversión, la cotización de la acción se hunde y pierde casi todo su valor. Ante esta circunstancia les aconsejan mantener sus posiciones o incluso aumentarlas, pero finalmente los eliminan del grupo de WhatsApp y desaparecen sin dejar rastro.