La presidenta y cofundadora de URUCAP, Sylvia Chebi, analizó ante Funds Society el crecimiento del ecosistema de capital emprendedor en Uruguay, el rol de Zonamérica, los desafíos que enfrenta el país para escalar su industria tecnológica y la apuesta por un modelo colaborativo que combine innovación, talento y visión global.
Ingeniera electrónica y MBA, comenzó su carrera como consultora en telecomunicaciones. Sin embargo, su verdadero interés siempre estuvo en la intersección entre tecnología e innovación. “Siempre me apasionó entender cómo la tecnología transforma el mundo”, recordó. Mientras trabajaba en regulación, dedicaba su tiempo libre a leer sobre startups, ciencia e innovación. Fue allí donde descubrió que su camino profesional debía ir por otro lado.
Esa inquietud la llevó a fundar Greentizen, un proyecto que, aunque no prosperó, sentó las bases para futuras iniciativas. Más tarde cofundó ThalesLab, una aceleradora de startups con foco en el desarrollo de una cultura de innovación en Uruguay. Su paso por el ecosistema emprendedor también la hizo notar la escasa participación femenina en los sectores tecnológicos y financieros, una preocupación que la llevó a integrarse en la red WeInvest Latam. “Participar en esos espacios me ayudó a entender la importancia de una representación real y fue clave para dar forma a lo que más tarde sería URUCAP”, afirmó.
El detonante para la creación de URUCAP fue su participación en el VC Latam Summit, donde notó la falta de presencia inversora uruguaya. “Éramos apenas tres uruguayos en todo el foro”, recordó Chebi. A su regreso, con el impulso del entonces embajador en Estados Unidos, Andrés Duran, convocó a referentes del sector para fundar la asociación. Hoy URUCAP reúne a cerca de 100 miembros y cumple un rol fundamental como articulador entre inversores, emprendedores y el sector público.
“Vino a llenar un vacío”, sostuvo Chebi. Mientras existían diversas instituciones que apoyaban a emprendedores, no había una estructura que conectara a los inversores entre sí ni con el resto del ecosistema. Así, URUCAP nació con el objetivo de profesionalizar la industria, promover buenas prácticas y servir como interlocutor ante los organismos estatales.
El capital emprendedor, explicó, es una herramienta fundamental para economías pequeñas con alto potencial humano. “Este tipo de capital apuesta a ideas y equipos, no a garantías o historia financiera. Y lo más importante: aporta smart money—conocimiento, redes, estrategia—y puede generar alto impacto con pocos recursos”, indicó.
Sin embargo, reconoció que el actual contexto de tasas altas representa un desafío adicional para los emprendedores. “Hace que el capital sea más escaso y selectivo. Los emprendedores deben ser más eficientes, mostrar ingresos, tener modelos sólidos y disciplina financiera. Ya no alcanza con una buena idea; se premia la ejecución”.
En cuanto a los exits en América Latina, Chebi admitió que son más escasos, pero destacó que el capital emprendedor opera con horizontes de largo plazo. “No todas las startups logran una salida exitosa, por eso hay que diversificar y tener paciencia. Muchos inversores también apuestan por construir relaciones y aportar valor, más allá del retorno inmediato”.
Zonamérica, planteó, puede jugar un rol clave en este contexto. “Ofrece infraestructura, servicios y un entorno empresarial que atrae talento, ideas y capital. Ya tiene instalados fondos de inversión, startups y empresas tecnológicas, lo que facilita sinergias. No se trata solo de atraer dinero, sino conocimiento y oportunidades”.
Respecto de los desafíos que enfrenta Uruguay para consolidar esta industria, mencionó la escala como el principal obstáculo, aunque también lo consideró una ventaja. “Obliga a pensar global desde el inicio. Tenemos talento, estabilidad y políticas públicas que apoyan. Ahora necesitamos más proyectos, más cultura emprendedora y más articulación regional”.
De cara al futuro, Chebi identificó dos grandes tendencias que marcarán el rumbo del capital privado en la región: la inteligencia artificial y la inversión de impacto. “Uruguay tiene gran talento en IA y un perfil que encaja con los fondos de impacto. Si seguimos apostando por un ecosistema colaborativo, el capital privado en Uruguay tiene un futuro brillante”, concluyó.