Desde hace varios años la inclusión financiera en México se ha vuelto una de las prioridades tanto en el sector público como privado. Si bien los rezagos todavía son evidentes, es innegable que existen avances al respecto.
En el sistema financiero del país, concretamente el bancario, la institución más grande del país, BBVA es una de las más aventajadas al respecto, su informe denominado «La inclusión financiera digital muestra avances en 2024», reporta que solo el año pasado la digitalización permitió que el 8,5% de los usuarios de productos de ahorro y el 12,2% de los usuarios de crédito contrataran su último producto mediante una aplicación de celular o página de internet de la institución financiera.
También, en 2024, la población en localidades urbanas utilizó relativamente más los canales digitales (app o página de internet de la institución) para la contratación del último producto de ahorro (9,4%) y de crédito (13,4%) que la población en localidades rurales (6,3% y 8,4%, respectivamente).
BBVA informa que entre 2021 y 2024, se registraron aumentos relevantes en la contratación digital del último producto en zonas urbanas: +5,4 puntos porcentuales para productos de ahorro y +8,3 puntos porcentuales para productos de crédito.
En contraste, en zonas rurales el crecimiento fue más moderado: +4,0 puntos y +5,3 puntos, respectivamente. Este comportamiento de crecimiento desigual genera que la brecha se vaya ampliando entre este tipo de localidades.
Sin embargo, BBVA reconoce que el uso cotidiano de medios digitales para pagos sigue siendo limitado. Por ejemplo, en 2024 sólo el 4,4% de los adultos reportó usar transferencia electrónica o por aplicación de celular con mayor frecuencia para compras de hasta 500 pesos, y apenas el 7,6% para compras mayores a 500 pesos.
El rezago, de acuerdo con el análisis de BBVA, está relacionado con el ecosistema en el que se desarrollan las transacciones. Por ello, es fundamental fortalecer no sólo la inclusión financiera de las personas, sino también la de las empresas, asegurando que estas últimas cuenten con las capacidades necesarias para aceptar pagos digitales por sus productos o servicios.
Los pilares de la inclusión financiera
De acuerdo con el reporte de BBVA, la definición de inclusión financiera en México está basada en cuatro pilares:
- El acceso;
- El uso: en ambos casos tanto en el punto uno como en el dos, se refiere a productos financieros formales como cuentas, seguros, créditos y Afores);
- Regulación apropiada (para garantizar esquemas de protección al consumidor);
- Competencias económico-financieras (de los usuarios).
BBVA explica en su análisis que tradicionalmente el acceso se ha vinculado a la cobertura del sistema financiero medida por su infraestructura física (sucursales, terminales punto de venta, cajeros automáticos y corresponsales).
Sin embargo, la combinación de internet , dispositivos tecnológicos —computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes— y una regulación adecuada ha abierto, no sólo otra vía de “acceso”, sino también de “uso”, a partir de los canales financieros digitales (principalmente páginas de internet o aplicaciones).
Hay avances, pero falta mucho
BBVA pone el acento en los avances de la inclusión financiera en el país, pero también en lo mucho que falta por avanzar, así como en algunos aspectos como la interpretación cotrrecta de las cifras que arroja el análisis.
Por ejemplo, el banco reconoce que sus resultados relacionados con el indicador de contratación por medios digitales podrían estar subestimados debido a que hay una proporción de población que contestó que no contrató de manera digital, pero una causa fue por no haber tenido la opción, Un buen indicador debería tomar un período en el que todos los que contratan deciden entre canales tradicionales o canales digitales; Sin embargo, se aprovecha la información para analizar el desempeño de este indicador.
BBVA anticipa que será inevitable el avance en la digitalización e inclusión de los clientes en las zonas rurales, el argumento es de llamar la atención: «Es de esperar que en algún momento la población en localidades rurales tiendan a hacer más uso de canales digitales para la contratación del último producto financiero, que las urbanas, principalmente por los costos que conlleva moverse hacia los puntos de contratación tradicional; por ejemplo, llegar a una sucursal toma 38,3 minutos en promedio si se está en una localidad rural y 16,0 minutos si se está en una localidad urbana», explica la institución bancaria.
Sin embargo, los resultados de la Enif 2021 y 2024, indican que, considerando a una localidad rural como aquellas con menos de 15 mil habitantes (CNBV, 2025), las localidades urbanas tienen relativamente un mejor desempeño en la contratación del último producto de ahorro y de crédito por medios digitales, respecto de las localidades rurales.
La gran conclusión consiste en que los avances son relevantes, en un mercado que tiene muchas oportunidades para la inclusión financiera como el de México, y que por lo tanto también representa el gran reto de abatir a la brevedad el enorme rezago todavía vigente.