El auge del private equity y los Search Funds abre una nueva etapa para miles de pequeñas y medianas empresas en España, muchas de ellas sin relevo generacional.
En España el 99% de las empresas son pymes y representan el 65% del PIB. A pesar de ser la base de nuestra economía, muchas de ellas se están quedando sin relevo generacional, estancadas o incluso asomándose al cierre por una falta de digitalización y planificación financiera.
En este contexto hay una tendencia creciente: según el último informe de Deloitte sobre M&A de enero de 2025, el private equity ha mostrado un notable crecimiento en España, con un aumento del 40% en el valor de las inversiones realizadas. Las desinversiones han seguido la misma tendencia, incrementándose un 10% en valor y un 40% en el número de operaciones.
El private equity es una de las alternativas de inversión más utilizadas para financiar empresas que no cotizan en bolsa. Un modelo en el que los inversores adquieren participaciones en compañías privadas con el objetivo de hacerlas crecer y, a largo plazo, obtener rentabilidad mediante su venta o salida a bolsa.
Ha llegado el momento del M&A en las pymes españolas
Hasta hace unos años, el concepto M&A (fusiones y adquisiciones) estaba acotado a las grandes compañías, pero actualmente las pymes son cada vez más atractivas para los fondos de private equity, Search Funds o fondos industriales, sobre todo aquellas empresas familiares con gran potencial de crecimiento y consolidadas en un determinado sector.
Estos inversores ven en ellas un sinfín de oportunidades de utilizar su experiencia de gestión para optimizar sus procesos, sus sistemas de gestión, sus equipos comerciales… hacerlas crecer y llevarlas al siguiente nivel.
Sin embargo, a pesar de su atractivo para posibles compradores, la mayoría de estas pequeñas y medianas empresas no cuentan con una dirección financiera profesional y la contabilidad suele estar en manos de gestorías que no profundizan en los números. Esto dificulta la valoración, la llegada de posibles ofertas, la negociación y la toma de decisiones durante el proceso de compraventa.
La figura del CFO (director financiero) en una operación de compraventa es clave, actúa como puente entre la empresa y el comprador (el fondo). Si bien es cierto que a priori puede parecer que un financiero experto puede ser inasumible en costes por una pequeña empresa, hoy gracias a plataformas como Deale y a servicios como los de Impulsa CFO, la compraventa de empresas deja de ser territorio exclusivo de grandes compañías.
Este experto suele acompañar a las pymes en proceso de relevo generacional o que se preparan para una venta, aportando una dirección financiera profesional y ordenada que da visibilidad al negocio. Además suele ser la persona que está en contacto directo con el potencial comprador, conoce bien su forma de operar y lo que éste (el fondo) espera de la empresa a la hora de hacer una “due diligence” (análisis financiero y de riesgos).
Para que una operación de compraventa se cierre con éxito y la transición sea fluida, la coordinación entre el inversor comprador y la empresa debe ser total. En este proceso, el CFO juega un papel fundamental: conoce el negocio desde dentro, entiende lo que busca el comprador y se anticipa a posibles bloqueos. Actúa como traductor entre ambas partes, ordenando la información financiera de forma que aporte confianza, claridad y continuidad.
Uno de los puntos críticos —y poco visibles— en estas operaciones es que muchas veces el vendedor no entiende del todo cómo piensa el comprador. Mientras uno habla de historia y esfuerzo, el otro busca márgenes, escalabilidad y retorno. Ahí el CFO se convierte en ese «pegamento» que alinea discursos y evita que una operación prometedora se frustre por diferencias de enfoque más que de números.
Tras la compra de la empresa por parte de capital privado, empiezan una serie de procesos dirigidos a aumentar el valor de la compañía. Normalmente lo más inmediato será una profesionalización del gobierno corporativo, donde el fondo puede llegar a involucrar a su propio equipo directivo para una supervisión y ejecución de la estrategia empresarial.
Además, suele haber una inyección de capital para crecer, iniciar una expansión o para amortiguar cierta deuda o estrés financiero que pueda tener la pyme. En este sentido, el equipo financiero se suele reforzar para gestionar de forma más eficiente los nuevos recursos disponibles.
En definitiva, la compraventa de pymes ha dejado de ser territorio exclusivo de grandes grupos para convertirse en el nuevo foco del capital privado y España está llena de oportunidades.
Tribuna de opinión por John Belalcázar, CEO y fundador de Impulsa CFO.