“¿Por qué una Unión del Ahorro y la Inversión?” Con esta pregunta arranca una de las últimas directivas de la Unión Europea (UE) en el ámbito financiero. Sin duda, con las respuestas a este interrogante queda claro que los reguladores comunitarios quieren convertir a los ahorradores europeos en inversores con el fin de impulsar una nueva era dorada en el Viejo Continente. Los expertos reconocen que la medida es bienvenida y que ayudará a pensar en el largo plazo, pero creen que, por ahora, las recomendaciones en materia de pensiones son insuficientes. Potenciar al máximo la educación financiera, por lo tanto, será el principal reto para conseguir los objetivos.
El desarrollo de la Unión del Ahorro y la Inversión (también conocida como SIU, siglas en inglés de Savings and Investments Union) “es una prioridad crucial” para las autoridades europeas. Y no es para menos, ya que con ella se pretende “mejorar la forma en que el sistema financiero de la UE canaliza el ahorro hacia la inversión productiva, creando más y más amplias oportunidades financieras para las personas y las empresas, en particular las compañías sostenibles”, tal y como recoge el documento que desarrolla esta normativa.
El objetivo está claro. Ya apuntaron hacia esa dirección algunas personalidades de calado del ámbito financiero europeo, como Mario Draghi. En su “informe Draghi”, el ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) y ex primer ministro italiano cifra las necesidades de inversión de la UE en 750.000-800.000 millones de euros anuales hasta el año 2030. En definitiva, la Comisión aboga por una coordinación política entre los estados miembros para aprovechar las ventajas del mercado único: solo en servicios financieros, el FMI estima que las barreras internas al mercado único de la UE equivalen a un arancel de más del 100%.
En definitiva, resultan más que necesarias unas guías legislativas con las que mejorar la forma en la que el sistema financiero de la UE canaliza el ahorro hacia la inversión productiva, “ofreciendo una gama más amplia de oportunidades eficientes de inversión y financiación a los ciudadanos y las empresas, respectivamente”, a tenor de lo que recoge la propia normativa.
Las pensiones en España
El texto abarca numerosos aspectos del ahorro y la inversión, pero hay un punto que interesa especialmente a España: el apartado dedicado a las pensiones. Hay que tener en cuenta que, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social -conocido como hucha de las pensiones- alcanzó a 31 de diciembre de 2024 los 9.376,7 millones de euros. Se encuentra, por lo tanto, en el nivel más alto desde diciembre de 2017 después de varias reformas del sistema de pensiones llevadas a cabo por el Gobierno español en los últimos tres años que han incluido, entre otros aspectos, mayores aportaciones por parte de los trabajadores.
Pero la sostenibilidad del sistema de pensiones no deja de planear en los foros y encuentros que abordan el tema de los ingresos de cara a la jubilación, por lo que el nuevo reglamento comunitario ha sido bien recibido, en líneas generales, por la industria de la inversión. Sobre todo, por aquellas firmas y asociaciones que desarrollan su actividad en la industria del ahorro de cara a la jubilación.
Una de las voces que ha aplaudido la llegada de este cuerpo normativo ha sido la empresa de asesoramiento financiero Fortuna SFP, cuyo fundador, José Manuel Marín Cebrián, apunta que dada “la actual crisis del sistema de pensiones y su insostenibilidad a medio y largo plazo, la SIU es una iniciativa que llega en un momento clave”.
En líneas generales, Marín Cebrián la califica de “positiva” porque pone el foco en canalizar el ahorro privado hacia instrumentos de inversión a largo plazo, “lo que puede contribuir significativamente a complementar las futuras pensiones públicas”.
Además, observa que el enfoque hacia una mayor armonización normativa, el impulso de productos paneuropeos y el refuerzo de la educación financiera son pasos “importantes” que incluye la normativa y que van en esa dirección. “En este último punto hay mucho trabajo por hacer: hoy en día, un ciudadano medio no sabe distinguir entre un PPI, un PPA, un PPES, un PIAS, un SIALP, un unit linked o un fondo de inversión. La confusión es enorme, y sin educación financiera no se puede aspirar a una buena planificación para la jubilación”, apunta el experto.
Favoreciendo el ahorro, la inversión… y la educación financiera
También José González, director del Área de Pensiones y Previsión Colectiva de Santander Asset Management, ve con buenos ojos la iniciativa europea. Opina que es, en líneas generales, “positiva, pero no novedosa”, ya que los informes de Draghi y otros como Enrico Letta o Christian Noyer -ex primer ministro italiano y ex gobernador del Banco de Francia, respectivamente- ya habían supuesto las primeras propuestas.
Asimismo, desde Ocopen, la Organización de Consultores de Pensiones, Mariano Jiménez Lasheras, su presidente, resalta la visión de largo plazo que destila la SIU, que “conecta con las pensiones complementarias privadas, fundamentalmente planes y fondos de pensiones”, puesto que se trata de inversores institucionales con un horizonte de inversión estable a largo plazo en los mercados de capitales. “Recordemos” -prosigue Jiménez Lasheras- que los fondos de pensiones incorporan cada vez más en su universo de inversión capital riesgo, financiación de infraestructuras, transición verde, etc., imprescindibles para acometer los retos planteados respecto del crecimiento europeo”.
Para Arancha Gómez, socia y directora Comercial y Marketing de Olea Gestión, la SIU “busca ofrecer seguridad financiera a los ciudadanos, especialmente en el contexto actual demográfico”, además de “intentar contribuir al desarrollo de los mercados de capitales y a la inversión para financiar el crecimiento y la innovación en la UE”.
En su opinión, “a priori, promueve favorecer el crecimiento y mejora del sector, además de mejorar la transparencia de los productos para hacer más entendible dónde se invierte y ayuda a planificar la jubilación”. Por lo tanto, recuerda que cualquier iniciativa que impulse los planes de pensiones favorecerá el ahorro y la inversión.
Por su parte, EFPA España también “acoge con satisfacción” la visión global de la Comisión para avanzar en la SIU. Sin embargo, la asociación matiza que, para que tenga éxito, “es crucial impulsar y facilitar un marco europeo homogéneo y basado en estándares de calidad profesional para los asesores financieros, la educación financiera y la protección de los inversores”. De tal manera que Josep Soler, consejero ejecutivo de EFPA España, explica que “una SIU que funcione correctamente no solo debe facilitar el acceso a las oportunidades de inversión, sino también dotar a los ciudadanos de los conocimientos, la confianza y la ayuda profesional necesarios para tomar decisiones financieras con conocimiento de causa”.
¿Medidas suficientes?
Entre los instrumentos con los que la SIU pretende fomentar el ahorro de cara a la jubilación están las revisiones de la Directiva IORP -sobre Planes de Pensiones de Empleo- y del Reglamento PEPP -sobre Producto Paneuropeo de Pensiones Personales-. También existen recomendaciones y comunicaciones en los ámbitos de “autoenrolment”, así como del fomento de la educación financiera.
De hecho, Gómez cree que el mejor aspecto que recoge la SIU es la recomendación del ahorro automático “porque involucra a todas las partes y todos aportan de una manera u otra”.
“Sin duda, todas estas medidas son positivas”, opina González que, sin embargo, se cuestiona “si son suficientes para conseguir que todos los ciudadanos puedan complementar su futura pensión pública con planes de pensiones”.
En este sentido, González pone como ejemplo que la revisión de la Directiva IORP solo afectará a trabajadores de empresas con plan de pensiones de empleo, una circunstancia que “lamentablemente” aplica a un colectivo “todavía demasiado reducido”. Asimismo, el experto recuerda que la revisión del PEPP abordará “algunas de las deficiencias en el diseño” de este producto que ya se pusieron de manifiesto cuando se reguló por primera vez. Sin embargo, considera que a tenor de la heterogénea fiscalidad y límites de aportaciones (1.500 euros en España), “parece difícil aventurar un futuro mejor para este producto”.
Jiménez Lasheras también menciona los PEPP como aspecto relevante de la SIU. Admite que su desarrollo, hasta ahora, ha sido escaso y, “si se materializara su expansión, los ahorradores gozarían de un atractivo adicional que podría derivarse de su portabilidad, del acceso a un mercado muy amplio de estos productos, que podría derivar en menores gastos y comisiones por el aumento de competencia en estos mercados y, consecuentemente, en mayor rentabilidad”.
Con respecto a elementos como la adscripción automática a planes de empleo (autoenrolment) y la educación financiera, González considera que son “elementos críticos y esenciales” y lamenta que, de momento, existe la impresión que la Comisión Europea “tan solo contempla la emisión de recomendaciones y comunicaciones de carácter no vinculante”.
Las implicaciones de la SIU
El presidente de Ocopen tiene puestas muchas esperanzas en la nueva normativa. “Me encantaría que esta iniciativa y su contenido contribuyeran a crear las condiciones idóneas en España para que las pensiones complementarias ocupen el lugar que debería corresponderles en nuestro sistema de pensiones”, asegura el experto.
Es más, ve factible que esta iniciativa europea “puede ayudar a revisar nuestra normativa en materia de pensiones ocupacionales y pudieran desarrollarse sistemas del tipo “autoenrollment” por cuanto el esquema actual del desarrollo de los planes de empleo solo a través de la negociación colectiva no está dando los frutos deseados”. Y va más allá: “Puede ser el momento de revisar el encaje constitucional de este tipo de sistemas de afiliación obligatoria.
También habrá efectos en las firmas de inversión especializadas en pensiones. Marín Cebrián es claro: “Aquí volvemos a la lacra habitual de la Unión Europea, regulación, regulación, regulación… cuando quizás lo que realmente se necesita es más concienciación y una cultura sólida de ahorro para la jubilación”, apunta.
Para las firmas, según el experto, “supondrá tanto una oportunidad como un reto” y explica que, por un lado, “podrán ampliar su mercado gracias a una mayor integración y armonización normativa”. Pero, por otro, “tendrán que enfrentarse a nuevos requisitos regulatorios y adaptarse a estructuras más complejas, que pueden desincentivar la innovación o encarecer los productos si no se implementa con equilibrio”.
Futuro con cambios
Las distintas regulaciones europeas suelen revisarse con el paso del tiempo. Y, en esta ocasión, parece que no va a ser distinto. El fundador de Fortuna SFP no duda de que habrá nuevos cambios legislativos en lo que atañe a pensiones. “La reforma del sistema de pensiones es acuciante y no se resuelve simplemente estirando la edad de jubilación, como se ha venido haciendo hasta ahora”, apunta, para añadir que la realidad demográfica y económica exigirá ajustes en el marco normativo, fiscal y financiero para hacer sostenible el sistema.
Y eso implica, según Marín Cebrián, que probablemente veamos modificaciones en la parte de pensiones dentro del desarrollo de la SIU. Un punto a reforzar, en su opinión, será, sin duda, la educación financiera, ya que sin conocimiento “es imposible tomar decisiones eficaces para el futuro. Y en pensiones, el tiempo perdido no se recupera”.
Unos cambios que también pueden llegar a las normativas particulares de cada país. González apunta que la Ley de impulso de los Planes de Empleo aprobada en España en 2022 “tiene muchísimo recorrido”, pero necesita reforzar los incentivos asociados. “Más allá de las modificaciones que se incorporen a nivel europeo, cada estado miembro debe decidir su estrategia y establecer las medidas que considere necesarias”. Y, según González, “España no es una excepción”, por lo que entiende que las futuras modificaciones “más que posibles, se tornan imprescindibles”.
Este artículo fue publicado originalmente en la Revista de Funds Society.