Gran expectación ante la reunión de la Reserva Federal de este miércoles 7 de mayo. El mercado da por hecho que no habrá movimientos en el tipo de intervención y que, por lo tanto, el rango se mantendrá estable el el 4,25%-4,5%. Sería repetir el movimiento de las últimas dos reuniones del organismo.
Pero este aparente inmovilismo que podría darse en el encuentro de mayo del equipo de Jerome Powell está lejos de ser tal. Daniel Loughney, director y responsable de Renta Fija en MIFL (Mediolaum International Funds), es uno de los expertos que no espera cambios en el precio del dinero por parte de la Reserva Federal estadounidense. Eso sí, ve probable que el presidente Jerome Powell adopte un tono más restrictivo: “el gráfico de puntos (DOT plot) podría reflejar un giro más moderado, ya que algunos miembros como Waller y Hammack han advertido sobre el posible impacto negativo de la incertidumbre en torno a los aranceles sobre la actividad económica y la inflación”.
De hecho, Loughney apunta que con la confianza del consumidor debilitándose, unido a señales tempranas que apuntan a una desaceleración de la actividad económica, mientras que la inflación -medida por el PCE- ha seguido descendiendo, “el mercado ha comenzado a descontar un mayor nivel de flexibilización, con más de tres recortes de tipos ya descontados para finales de 2025”.
En un tono similar se expresa Christian Scherrmann, economista jefe de DWS para Estados Unidos, que tampoco espera un cambio significativo de la política monetaria en la reunión de mayo de la Fed. “Sin embargo, es posible que los banqueros centrales quieran dar una señal de menor confianza en el impulso económico”, matiza Scherrmann. De esta forma, ve factible que la autoridad monetaria estadounidense ajuste el comunicado de prensa para señalar un crecimiento más “moderado”, sin dejar de insistir en la “solidez” del mercado laboral.
En conjunto, Scherrmann espera un tono ligeramente más agresivo, “pero más en la dirección de una pausa prolongada que de una posible subida”. A medio plazo, la atención se centrará probablemente en la inflación y en si los aranceles tienen efectos secundarios más allá de un simple cambio en el nivel de precios.
En resumen, el experto de DWS espera que la Fed se mantenga al margen, al menos hasta que una ralentización de la actividad económica y el consiguiente debilitamiento del mercado laboral permitan albergar expectativas desinflacionistas. “Este podría ser el caso a finales de año, por lo que seguimos esperando que la Fed recorte los tipos hasta tres veces en los próximos doce meses”, concluye.
El argumentario de Tiffany Wilding, economista de Pimco, va en esta misma línea. La experta sugiere que la Fed no realizará movimientos hasta tener claros los efectos de los aranceles en la economía estadounidense. Y pone plazos para ello. Así, ve “poco probable” que los consumidores noten el impacto del aumento de los precios derivado de los aranceles “hasta mayo o más adelante”, debido a la acumulación de existencias con anterioridad a las medidas de política comercial del presidente Donald Trump.
Por lo tanto, cualquier impacto de la contracción de los ingresos reales “tampoco debería notarse hasta mayo o más adelante” y, como resultado, es posible que los mercados laborales no empiecen a debilitarse “hasta mediados o finales del verano”.
Esta batería de previsiones desemboca en que la Reserva Federal, según Wilding, no dispondrá de datos concretos que muestren un debilitamiento de la situación “hasta julio o, lo que es más probable, hasta la reunión del FOMC de septiembre”.
Pero las variables pueden cambiar, ya que “una moderación negociada de los aranceles podría mejorar estas perspectivas”. Eso sí, es consciente de que últimos datos de empleo conocidos en Estados Unidos “constriñen a la Fed”, por lo que no espera que “los responsables políticos recorten los tipos de interés hasta finales de este año, una vez que los datos hayan mostrado una desaceleración o contracción concreta del mercado laboral”. Eso sí, una vez que la Fed dé el paso, espera que continúe bajando los tipos en 2026.
Por su parte, Bob Savage, responsable de Estrategia Macro de Mercados en BNY, comenta que no habrá cambios en los tipos en este encuentro y que el mercado lo tiene asumido, tal y como lo demuestra que solo descuenta un 6% de probabilidad de recorte.
Pero apunta a la rueda de prensa posterior al anuncio de tipos como el evento clave de esta reunión. «Esperamos que el presidente Powell continúe apelando a la incertidumbre para justificar la intención de la Fed de mantener los tipos hasta que dicha incertidumbre disminuya», asegura el experto, que recuerda que «la administración sigue — en distintos grados — abogando por recortes, pero no prevemos que estos se materialicen hasta la reunión de julio». Hasta tal punto, que su escenario base contempla dos recortes este año; no obstante, si la economía se debilita significativamente en la segunda mitad de 2025, no descarta una tercera rebaja.
Cristina Gavín, jefa de Renta Fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión, recuerda que las presiones ejercidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante las últimas semanas han generado ruido y despertado “ciertas suspicacias sobre la independencia de la Reserva Federal”. No obstante, Gavin es consciente de que, en los últimos días, estas dudas parecen haberse desvanecido, y se da por hecho que Powell seguirá con su mandato sin mayores problemas, con decisiones sobre el tipo de intervención fundamentadas “en factores puramente económicos”.
En esta coyuntura, Gavín cree que el mercado se va a mostrar “muy atento a la valoración que haga el presidente de la Reserva Federal de la situación económica de Estados Unidos, tanto en materia de crecimiento como de precios”. Esto es así porque, según comenta la experta, la guerra arancelaria destapada por Trump “supone un cambio radical en el escenario que hasta ahora habían manejado los inversores y también la autoridad monetaria”.
Al echar la vista al medio plazo, Gavín adelanta que el mercado descuenta que en la segunda parte de este 2025 la Reserva Federal retomará la senda de bajadas de los tipos de interés “para tratar de mitigar la desaceleración en el crecimiento que se anticipa”. La experta se mantiene en línea con el consenso y prevé “entre dos y tres recortes de tipos”: la mayor o menor agresividad en dichos movimientos “va a estar en función de los datos que vayamos conociendo a lo largo de los próximos meses”.
En resumen, como apunta David Kohl, economista jefe de Julius Baer, el aumento de los riesgos de inflación es otra de las razones por las que espera que la Fed espere a que lleguen datos económicos débiles, ignorando las lecturas negativas de los indicadores de las encuestas.
Cómo surfear la coyuntura económica
Michael Krautzberger, CIO Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, recuerda que el miedo a una posible recesión en los próximos trimestres ha ido en aumento, en tanto que las políticas arancelarias “funcionan, en la práctica, como un impuesto sobre el consumidor americano, reduciendo su renta disponible”. Y ya hay señales de ello, puesto que, según reseña, “las encuestas de confianza de los consumidores se han debilitado notablemente: la última lectura del índice de la Universidad de Michigan muestra que las expectativas de inflación a un año están en su nivel más alto desde principios de los años ochenta”.
El incierto panorama de crecimiento también ha deteriorado la confianza empresarial, según el experto, “lo que ha tenido un efecto negativo en las intenciones de contratación e inversión”.
En este contexto, la incertidumbre generada por la política comercial de Estados Unidos y la presión del presidente Trump sobre la Fed sobre los recortes de tipos “también han llevado a muchos participantes del mercado a cuestionar la credibilidad de la política estadounidense”, según el experto. Su conclusión es que la mejor forma de reflejar este entorno de mercado en las carteras es a través de “estrategias que se beneficien de un empinamiento de la curva de tipos americana y mediante una posición corta en el dólar estadounidense”.