Altment Capital Partners celebró el evento Alternatives 360: Beyond Traditional Markets, en el que varios gestores especialistas compartieron su visión sobre los activos alternativos. Ben Oldman, Coller Capital, G Squared y Munich Private Equity Partners compartieron sus principales estrategias.
De la mano de Funds Society, la jornada arrancó con una introducción de Sergi Martín, Founder, Managing Partner de Altment Capital Partners de la sesión panel con inversores institucionales y bancas privadas, que estuvo moderada por José Alba, Founder, Managing Partner de Altment Capital Partners.
En este coloquio se trataron los retos y oportunidades que tiene ante sí la industria de inversión en activos privados con la participación de Rafael Soldevilla, director general de Productos y Servicios de A&G; Noemí Said, Principal Manager, Private Funds Analisys & Selection in Quality Funds en BBVA; José Cloquell, director Inversiones Alternativas de Diaphanum Sociedad de Valores, y Cristina Tejedor, Responsable Mercados Privados SPB de Santander Private Banking.
De esta manera, Rafael Soldevilla, director general de Productos y Servicios de A&G, recordó que los mercados privados en España “está iniciando la andadura, comparado con otros países como Estados Unidos”, por lo que “queda recorrido por hacer y campo para mejorar” en la inversión privada.
Asimismo, Noemí Said, Principal Manager, Private Funds Analisys & Selection in Quality Funds en BBVA, trató la “gran diferencia” existente en la actualidad entre los posicionamientos en mercados privados de los inversores institucionales y los minoristas, hasta tal punto, que “hay posibilidad de crecer” tanto en volúmenes, como en vehículos y estrategias. “Soy optimista”, concluyó.
Por otra parte, José Cloquell, director Inversiones Alternativas de Diaphanum Sociedad de Valores, no ve saturación en el sector de la inversión en mercados privados, sobre todo, en lo relacionado con servicios.
Mientras, Cristina Tejedor, Responsable Mercados Privados SPB de Santander Private Banking, ve importante monitorizar el porcentaje de asignación de activos privados a las carteras y tener para ello en cuenta aspectos como el momento de vida del cliente, su aversión al riesgo, etcétera. “ A más sofisticación, más cerca estará su asignación a alternativos al 30% de la cartera”, aseguró. De hecho, observa una “pequeña revolución” en la asignación de cliente de banca privada a esta clase de activo.
También se trató cuánto debe suponer en la cartera este tipo de activo. Tejedor asegura que destinar una cantidad mínima o máxima, de entre el 5% y el 30%, de la inversión a alternativos debe depender de múltiples variables, como la aversión al riesgo del cliente o ciclo de vida. Eso sí, augura que hay que dar un paso adicional en el proceso de asignación, como ser capaces de dar cabida a distintas añadas. Cloquell admite que en Diaphanum aconsejan una posición de alrededor del 8% de media.
Said, en BBVA, explica a sus bancos privados por qué es bueno añadir mercados privados en las carteras de los clientes. Y, aunque reconoce que la rentabilidad es importante a la hora de seleccionar un fondo, también lo es el cumplimiento de ciertos requisitos por parte de la gestora, como el servicio que ofrecen, la calidad de sus informes, etcétera. “Hacemos un análisis profundo”, asegura la experta.
Incluso, hubo hueco para tratar qué activos son más interesantes en estos momentos. Soldevilla admite que buscan “temas de deuda”, en tanto que la deuda cotizada “está perdiendo atractivo”. También propone estrategias propias de real estate e infraestructuras, así como un fondo de fondos en Estados Unidos.
Por su parte, Tejedor apuesta por secundarios en private equity, pero también en deuda, que ofrece “riesgo mitigado y retornos interesantes”. Said, mientras tanto, asegura que en su equipo trabajan el private equity en Estados Unidos y deuda, también en Europa. Asimismo, trabajan en vehículos evergreen, donde reconoce que han seleccionado “muchos fondos”.
Ben Oldman: estrategias de deuda
Isaac Benzaquen, fundador y CEO de Ben Oldman, junto a Fermín Barquin, Managing Director, explicaron en el evento cuáles son los vehículos que comercializa la compañía y qué características les diferencia de sus competidores.
Benzaquen fundó Ben Oldman en 2013, tras levantar seed capital de 15 millones para hacer una estrategia hedge fund enfocada puramente a deuda. Un producto líquido con un enfoque de special situations y distressed debt. Por aquélla época aún había oportunidades en crédito, especialmente bonos y préstamos a descuento tras la crisis de 2008. Fue el primer fondo que lanzó la firma. Esos 15 millones se convirtieron en 200 después de un performance superior a 2x en los primeros dos años. Conforme la macro evolucionó también cambió su estrategia, porque empezaron a entrar con más profundidad en deuda privada, “que ha evolucionado mucho en Europa”.
A partir de ahí, se expandieron a otros ámbitos, principalmente corporates. “Hemos liderado reestructuraciones de muchas compañías de private equity de sectores industriales, infraestructuras y energía renovable”, se enorgullece el directivo. Ahora, gestionan 800 millones de euros y cuentan con tres estrategias. Una, special situations, que es el segmento donde empezó la firma originalmente y donde está desarrollando un nuevo vehículo, el Ben Oldman Shared Opportunities Fund. Benzaquen explica que durante un tiempo no estuvieron tan enfocados en la actividad de special situations “básicamente porque no había una oportunidad antes covid un entorno de mercado de tipos de interés cero”. Pero, después de la pandemia, en la firma observaron que con la subida de tipos de interés, el entorno geopolítico y la consolidación en el mercado bancario, “es un segmento que estamos desarrollando de nuevo con este nuevo fondo”.
También han desarrollado el asset back lending, lo que también se conoce como direct lending, según argumenta Benzaquen, pero con la particularidad que incluye un activo real como colateral, “que puede ser inmobiliario, infraestructura o un activo de una compañía”. Y una tercera, de renovables, que es un programa de 200 millones, donde el BEI ha comprometido 100. “De esos 200 millones hemos hecho un deployment de 100 millones y nos quedan otros 100 millones para invertir”, asegura Benzaquen.
La gran diferencia que tiene este nuevo fondo de special situations frente a otros es que ofrece todas las inversiones que realiza en coinversión de forma obligatoria. Con lo que el inversor invierte en un portfolio principal y cada operación que realiza se sindica entre los LPs, que pueden elegir si invierten. “De esta forma, se puede crear una cartera propia alrededor de nuestro portfolio. El 70% de la misma son préstamos que hemos originado nosotros y el resto, inversiones en secundarios. Además, un 50% está en real estate, el 25% en infraestructura y el 25%, en corporate. En este año y medio llevamos una TIR bruta del 18%, que se queda en aproximadamente un 15% neto para el inversor”, explica el directivo.
En asset back lending, la firma está originando créditos puente al 12%-13%. No hay ninguna situación de complejidad. Se crea una cartera de 20 nombres, que se estructuran en un bono, con un cupón del 10% que se paga anualmente. Está cotizado en Luxemburgo y es un producto más pasivo. La banca privada va más a este producto, según desvela Benzaquen. El de special situations es un producto un poco más institucional y de family offices.
¿Cómo han desarrollado esta plataforma? Con un enfoque europeo y a través de la emisión de bonos para las verticales de asset back lending y financiación renovable. Ya van por el tercer vintage del fondo de asset back lending y por el segundo del fondo de renovables.
En special situations, la firma alcanza el doble dígito en cuanto a rentabilidad, cercano al 20%. “Intentamos cristalizar un retorno similar al private equity y en asset backed lending, vamos hacia el 12%-14%. Son retornos reales». En todos los préstamos directos realizados desde sus inicios, «sólamente hemos perdido capital en dos préstamos, con una perdida máxima del 20%”, explica el directivo.
En cuanto a inversores, por geografías, el mercado español es importante, representa el 20% en España y el resto, es internacional. “Para el fondo nuevo estamos levantando mucho capital en Estados Unidos”, desvela Benzaquen. En cuanto a tipología, también está muy diversificado, puesto que el institucional supone el 35%.
Benzaquen avanza que su modelo es exitoso por su capacidad de toma de decisiones rápidas en situaciones complejas y porque se enfoca en el mid market, es decir, tickets entre 10 y 50 millones. Ahora mismo, según el directivo, hay un hueco huérfano en el mid market en deuda privada, porque las grandes gestoras que gestionaban unos 2.000 millones antes del covid hoy gestiona 8.000-10.000 millones, por poner un ejemplo.
Ben Oldman se caracteriza por ser una firma de perfil muy bajo, no suele publicitar sus transacciones. Esto, prosigue el directivo, les da acceso a operaciones que nadie conoce. “Somos un ejecutor de un gran volumen de número de transacciones, somos el fondo más activo de deuda privada y eso provoca que todos los asesores financieros nos llamen porque saben que vamos a ejecutar de forma discreta y esto es importante en situaciones complejas”, afirma. Es más, coinvierten. “Somos el mayor LP de todos nuestros fondos. En el último, hemos invertido 50 millones desde de la gestora”.
Coller Capital: las bonanzas de invertir en secundarios
La presentación de Coller Capital en el evento de Altment Capital Partners corrió a cargo de Boris Maeder, Managing Director y Head of International Private Wealth Distribution de la firma. Detalló los entresijos del fondo Coller Private Equity Secondaries y de las bonanzas de invertir en los mercados secundarios privados.
Maeder arrancó con una pequeña introducción sobre secundarios. Así, explicó que los inversores en secundarios hacen uso de una de las características subyacentes de la industria de mercados privados, que es iliquidez. “Las oportunidades en secundarios sólo existen porque hay inversores que necesitan vender antes de tiempo. Sin inmovilización del capital a largo plazo, no existirían oportunidades secundarias”, sentencia.
¿Por qué un inversor querría vender una posición en un fondo del mercado privado antes del final de su vida? El experto de Coller Capital apunta que, incluso aunque ese inversor se haya comprometido a estar en esa inversión durante un periodo largo, “suelen ocurrir acontecimientos a lo largo de la vida de esa inversión”, lo que provoca que el inversor busque liquidez antes. Pero no es fácil conseguirla, aseguró, para añadir que Coller Capital se lanzó en 1990, una época en la que ni siquiera existían los mercados secundarios.
Apuntó varias razones por las que un inversor en mercados privados primarios decida vender su posición antes del final de la vida del fondo, entre ellas, una nueva orientación de la estrategia de la inversión o un reequilibrio del portfolio. En este contexto, enfatizó que El gran equipo de inversión de Coller Capital origina una cantidad significativa de flujo de operaciones, lo que aumenta la selectividad y, por tanto, es un “price maker y no un price taker”.
Los beneficios, desde el punto de vista del inversor que acude a comprar a los mercados secundarios privados, son varios. “Quien entra en una inversión privada en mercado primario, realmente no está invirtiendo realmente el primer día, sino que está realizando un compromiso respecto a una estrategia, que se invertirá, esperemos que sabiamente, a lo largo del tiempo”, apuntó Maeder, que puntualizó que como comprador en secundarios, Coller realiza inversiones típicamente a mitad del camino de la vida del fondo. “Debido a que compramos portfolios maduros, las compañías de esas carteras se venden antes y las distribuciones llegan con mayor rapidez”.
La guinda del pastel en secundarios es que los inversores en secundarios generalmente compran estos fondos con descuento.
Maeder consideró importante anotar que el precio con descuento que pagan por las carteras que adquieren no refleja el valor real de los activos subyacentes. “El hecho de que haya un descuento simplemente nos enseña que la dinámica de las transacciones nos permite comprar algo a un precio que está por debajo del valor de mercado”, replicó.
La creación de valor en las participaciones de los fondos que adquieren en Coller Capital proviene, según el experto, tanto del descuento en el precio que obtiene en la compra del fondo, como a través del crecimiento del NAV de la cartera. De hecho, admite que no solo buscan precios atractivos, sino también carteras con habilidad para generar cash flows, es decir, posiciones con flujos de caja predecibles.
Maeder también explicó la capacidad de los secundarios para generar rentabilidad, con menos riesgo: para apoyar su tesis echó mano de datos, de tal manera, que desveló que el riesgo de pérdida de capital en secundarios es tres veces menor que en deuda privada: un 2% frente a un 6%, por poner solo un ejemplo. En Coller Capital miran todo tipo de operaciones: “también hacemos las grandes”. Pero sólo si el perfil rentabilidad-riesgo es atractivo.
G Squared: Oportunidades en tecnológicas en fase de crecimiento
Tyson Morgan, uno de los socios de G Squared basado en la oficina de Chicago de la firma, dio a conocer la firma en el evento Alternatives 360: Beyond Traditional Markets, así como su metodología de trabajo. Morgan explicó que G Squared invierte en compañías tecnológicas en fase de crecimiento, y que está especializada en mercados secundarios.
“Invertimos en compañías con unos cientos de millones en ingresos que necesitan soluciones de liquidez de cara a sus últimos años como compañía privada, antes de que sea adquirida por otra o salga a cotizar a los mercados de capitales”, aclaró el directivo, que se congratuló de apoyar unos negocios “que quieren crecer para impulsar su crecimiento”.
También desveló que alrededor de una tercera parte del capital que habitualmente G Squared despliega va a esta parte, es decir, al mercado privado primario. Y las dos terceras partes restantes, conforman capital privado que adquiere participaciones en los mercados secundarios privados de inversores que entraron en las primeras fases de estas compañías, unos años antes, y que necesitan dar liquidez a esas inversiones porque se acerca el final de ciclo de su inversión. Desde la fundación de G Squared en 2011, los fondos insignia de la entidad han invertido 3.000 millones de dólares en más de 140 empresas.
“La forma en la que nosotros desplegamos el capital en estos negocios tan interesantes es distintiva”, asegura Morgan. En G Squared, se refieren a esto como “aterrizar y expandirse”. Es decir, cuando destinan capital para una nueva vintage su intención es poner alrededor de 35 negocios en esa cartera montando unos cheques tan pequeños como les sea posible.
Su filosofía es ser una firma global con una cartera de inversión también global, cuya actividad inversora se focaliza en cuatro grandes temas o megatendencias. La primera, Software as a service (SaaS), que incluye actividades como inteligencia artificial, machine learning, comunicaciones, análisis de datos, automatización de la fuerza laboral, No Code / Low Code, Infraestructura y development operations (DevOps). También buscan oportunidades en internet de consumo así como en movilidad 2.0. La cuarta área de actuación de G Squared es el sector de fintech.
¿Cómo lo hace? G Squared aprovecha su extensa red para acceder a las ineficiencias de precios entre el mercado y el valor intrínseco de las compañías. En la firma creen que navegar con éxito por los mercados secundarios requiere un profundo conocimiento y experiencia, redes sólidas, diligencia minuciosa, agilidad y una aguda perspectiva global.
Morgan, en la actualidad, encuentra valor en sus áreas de actuación. Además, los mercados cotizados han demostrado “un reducido apetito por el riesgo en los sectores en los que nos enfocamos”.
La firma se diseñó y construyó para dar respuesta a una necesidad del ecosistema a la hora de ofrecer liquidez a empresas y accionistas en mercados secundarios directos privados. Su metodología permite evaluar las oportunidades de inversión, independientemente de su tamaño, con arreglo a procesos de due diligence y precios objetivos. Además, el equipo optimiza la eficiencia de los recursos, lo que permite un ritmo y una perspicacia que minimizan las comisiones por transacción. Este equipo está formado por veteranos del sector y por especialistas.
Munich Private Equity Partners: private equity enfocado en buy out
David Schäfer, responsable de la gestión de inversiones y comercialización de Munich Private Equity Partners e Irma Turkic, responsable de la búsqueda de operaciones, análisis, ejecución y supervisión posterior a la inversión, explicaron sus procesos de inversión para maximizar la inversión de sus clientes Cuentan con 2.700 millones de euros bajo gestión y se enorgullecen de que el 95% de los fondos cerrados por MPEP fueron fuertemente sobresuscritos debido a su rendimiento superior consistente y de difícil acceso.
Están especializados en el lower mid-market, con un fondo de fondos de private equity, el MPEP VI, enfocado en operaciones de buy out. Ser una firma de un solo producto y de una sola clase de activos les permite “un alineamiento de intereses”.
Cuentan con acceso privilegiado a fondos que históricamente están sobresuscritos y que generalmente no salen a captar clientes. Este acceso lo consiguen a través de procesos sistemáticos y de años de construcción de relaciones proactivas por parte de un equipo experimentado y totalmente alineado que trabaja unido desde hace más de 10 años.
Cuentan con un enfoque conservador, debido a que buscan bajos precios de entrada y un apalancamiento prudente para conseguir un atractivo perfil de riesgo-beneficio. En definitiva, se trata de buscar oportunidades de beneficiarse de un amplio espectro de iniciativas de creación de valor.
Su foco conservador se traduce en concentrarse en operaciones de buyout en Europa y América del Norte, por tratarse de economías y sistemas legales estables. Los fondos en los que invierte su vehículo destinan el 100% del capital en fondos con carteras diversificadas y sin “apuestas concentradas” en determinados activos.
Pero, sobre todo, el vehículo de MPEP se centra en elegir a equipos de gestores muy establecidos y con procesos ya institucionalizados, de tal manera que cuenten con capacidades de creación de valor más que probadas. “Lo que buscamos en un gestor es valor añadido”, aseguró Schäfer.