Degroof Petercam ha publicado informes bianuales que analizan el grado de sostenibilidad de los 35 países miembros de la OCDE desde 2008. Un ránking que la gestora utiliza para determinar qué obligaciones del estado son elegibles para sus fondos de sostenibilidad. Para ello, selecciona los países que se consideran más responsables y sostenibles. En ella, Noruega suele liderar la lista en un segmento superior dominado por los países escandinavos. Irlanda, sin embargo, muestra la mejor puntuación en términos relativos, en referencia a la relación entre la carga fiscal del país y su índice de sostenibilidad. España gana 6 puntos en la clasificación y EE.UU. aparece en los puestos más bajos del ranking y, si Donald Trump logra cumplir sus promesas, su situación podría ser incluso peor.
Estados Unidos aparece en los puestos más bajos del ranking
EE.UU. siempre se ha situado en el tercio inferior de los rankings, con una puntuación de poco más del 50/100. La distancia de cinco puntos del país con la media de los 35 países miembros de la OCDE se explica en gran parte por los criterios de medioambiente y bienestar.
Por una parte, EE.UU. sigue siendo un consumidor importante de carbón, con emisiones elevadas de gases de efecto invernadero, y por otra, la proporción de energía renovable en la combinación total de fuentes de energía permanece por debajo de la media. En el ámbito social, la considerable desigualdad social en el país es notoria, tal como evidencia el coeficiente GINI. Solo México tiene puntuaciones por debajo de las de Estados Unidos.
La multitud de personas encarceladas en Estados Unidos también juega un papel importante en el panorama general mientras que el elevado número de personas obesas es un problema para la población estadounidense a medio y corto plazo, ya que comporta riesgos importantes para la salud e importantes implicaciones económicas.
“Aunque Estados Unidos obtiene una buena puntuación general en términos de democracia y libertades civiles, lamentamos el hecho de que no se haya reconocido el Tribunal Internacional de Justicia o la Convención de Ottawa sobre las minas antipersona. Además, en algunos estados todavía no se ha abolido la pena de muerte”, explica Mortier.
Donald Trump puede provocar un nuevo descenso de EE. UU. en el ranking
Las declaraciones de Donald Trump no sugieren que la situación vaya a mejorar, más bien al contrario. Aunque está claro que Trump no tirará por tierra el Acuerdo de París firmado por su predecesor, tampoco hará un gran esfuerzo por alcanzar los objetivos del acuerdo en relación con la reducción de los gases de efecto invernadero.
Sin embargo, la intención de reducir el impuesto sobre sociedades del 35 % al 20 % es positiva para la transparencia fiscal de las empresas norteamericanas. Después de todo, ya no tendrán ningún incentivo para que sus beneficios tributen en el país que presume de los tipos fiscales más bajos. “A corto plazo, dichas medidas suponen un gran impulso, pero a medio y largo plazo pueden plantear riesgos para la financiación de las políticas gubernamentales. Aunque la medida no comporta un crecimiento económico real, los sectores de la educación y la sanidad serán los primeros en empezar a pasar apuros a causa de los recortes presupuestarios de la política de Estados Unidos, una economía que ya está muy endeudada. Por este motivo, mejorar las previsiones de la puntuación de EE.UU. en estos dos criterios de sostenibilidad sigue siendo un tema delicado”, explica Mortier.
Noruega a la cabeza del ránking pero Irlanda ofrece más al contribuyente
De nuevo un país escandinavo encabeza el ranking. Noruega, que muestra resultados excepcionales en cuanto a bienestar social y economía, se sitúa en el primer puesto, seguida de cerca por sus países colindantes, Dinamarca y Suecia.
Puesto que la economía de Noruega depende en gran medida del petróleo, que es un combustible fósil, queda mucho espacio de mejora en lo que se refiere a medioambiente, especialmente en el desarrollo de energía renovable. Este tipo de energía sigue teniendo poca presencia en la combinación total de fuentes de energía del país. La eficiencia energética todavía puede mejorarse, dado el elevado índice de consumo energético en relación con el crecimiento económico.
El índice de sostenibilidad es importante, sin embargo, también es importante observar cuál es la carga fiscal que deben imponer los países para alcanzar niveles similares de sostenibilidad. Considerando la carga fiscal proporcionada de los países y su posición en nuestro ranking de sostenibilidad, Irlanda encabeza la lista. Irlanda ocupa la 14 a posición en cuanto a sostenibilidad, pero presenta una carga fiscal relativamente baja. En este ranking, Bélgica ocupa un puesto no tan envidiable (la posición nº 23) mientras que EE.UU. asciende hasta la 6 a posición.
Transparencia, democracia y educación, asignaturas pendientes de España
España ha ganado 6 puestos y 4 puntos, con lo que podemos afirmar que ha mejorado ligeramente durante el último año. Hace un año ocupaba la posición 27 con 53 puntos y actualmente ocupa la posición 21 (57 puntos). En definitiva, el desempleo juvenil, aunque mejora, está afectando sustancialmente a la puntuación del país.
La mejora de la situación global en dicho aspecto ayuda a mejorar la posición relativa, pero sigue siendo un problema. Otro factor significativo en la puntuación global es el indicador de pobreza, que en España tiene un carácter ascendente.
En comparación con Portugal, la situación es un poco mejor, con 3 puntos más debido principalmente a factores económicos como la hacienda pública y la balanza por cuenta corriente. Los resultados de España son bastante mejores que los de Italia, lo cual supone un mensaje claro en cuanto a gestión de la deuda soberana ya que Italia tiene un peso importante en los índices de referencia de títulos de renta fija.